Siglo
XVII.
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HISTOR
tA
ECLESIASTICA
Despues de dos juicios
en1anado~
de
la
Silla
Apost61ica ,
y
todas las medidas
que
Sle
h-tbian
tomado para asegurar
su
execucion,
se
debia
esperar
que la uniforrnidad de la
ense
1anza
y
doctrina se
ha
bia
restablecido
para
sietnpre
en la Iglesia
Belgica.
Nada
mé–
nos , porque
á
los
ingenios
obstinados
y
fe–
cundos en sutilezas nunca faltan medios
es•
peciosos
para mantener sus opiniones, por
mas
condenadas que
hayan sido, ya dándoles
una
forma nueva , ya debilitando con objeciones
de
todas maneras la
autoridad
de
los
Decre–
tos que las han proscrito. Baio , aquel que
babia 3ado tantas muestras de sumision, fué
el primero en renovar las
disputas
que ha•
bian
causado ya tantas turbulencias, hizo sos•
tener en el
mes
de
Novien1bre
de
1
5So te–
ses en
que
muchas proposiciones censuradas por
la Santa Silla, vol vian
á
dexar ~ e
ver
unas
en
lo~
propios
término~,
y
otras
con
algun
disfraz.
Este
atentado, que se
dirigia
á
re ..
novar
conte,taciones
que se miraban como fe·
lizmente
acabadas, alarm6
á
la
Universidad
de
Lovaina
y
á
toda Ja
Clerecía de ]as Igie·
sias de
Flandes. La
Corte
de
E~paña
tom6
parte en
su~
inquietudes.,
y
solicitó del Pa–
pa
que
tomase
todos
lo'i
medio~
que juzga·
se convenientes
para
poner fin
á
una~
di<;pu·
ta~
que en
)U
conrinuacion serian
intermina·
b1es ,
y
á
reprimir
los
atentados que uoos es·
1
pl·