é
HISTOltlA :ECLl:SIASTICA
Siglo niones que causáron tantas inquietudes
en
la
XVII.
Iglesia Belgica ·,
y
en
la
de Francia.
Debió
su adel:1nramienro
á
su mérito; pero
la
ce–
lebridad de que ha gozado en su tiempo ,
y
]as impugnaciones por las quales la logró , la.
debió
á
las opiniones particulares con que
llenó sus escritos. Despues de haber corri–
do c<nn distincion todos Jos grados Acadé–
micos en la Universidad de Lovaina, fecun–
da entónces en Teólogos de una erudicion
profunda,
y
de una
grande
piedad " 11eg6
al Doctorado en
1
5
5o ,
desde cuyo tien1.,.
po
estaba su repu tacion tan bien esta bleci–
da, que al año siguiente fué nombrado por
el Emperador Cárlos V. para una
plaza de
Profesor real de Escritura Santa vacante por
muerte de uno de los Te61ogos de Lovaina,
y
Diputado para
el
Concilio de
Trento~
Quando Baio explicaba la Escritura ,
y
acla–
raba los dogmas fundados en ella , no seguía
el rumbo
ordinario.
No se
dedicaba
á
expo–
ner los di
verso~
sentidos del texto sagrado,
ni
á
rec;olver
las dificultades
que
nacen
de
la
diferencia que
se
halla en muchos pasa–
ges
entre las versiones así antiguas como mo–
dernas ,
y
la
len~ua
original de
los
libros
santos '
ni
á
examinar
1os
puntos diversos
ae
crÍtica
á
que dan lugar estas diferencias_.
Su fin principal fué establecer por medio de
l os escri
e
os
revelados
las
opiniones
que le
eran