GENERAL.
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los primeros Ap6stoles, fundadóres del Chris·–
tianismo,
se
disponen para él con el estudio
de
las lenguas
y
con la oracion ;
y
los que con
sus
sudores
. h~n
regado
ya.
este
campo,
que
no se hace fértil
~in
o
á
fuerza
de
tra
hajos·,
vienen
á
estos
Monasterios
á
reparar
sus
fuer~
zas ,
para
entregarse
despues
á
nuevas fa-
.
tu
gas.
' Las
Comunidades Christianas , que
for–
lman,
ó
qu'e
conserv~n
en medio de los ene–
,migos
de que estan
ro<tleadas ,
presentan
á
la
vista ,.,
por
su
piedad , desinteres , union,
caridad
y
amor
á
la Fe , el mismo
espec"""~
táculo· que se admiraba
en
Jeru~alen
,
quan~
do la Iglesia reciennacida estaba aun encer–
rada
dentro de sus
murallas..
Las
virtudes.
de
los varones
generosos ,. que se dedican al cul–
tivo
de
es~as
distintas porciones de la here–
dad de Jesu-Christo
~
no
contribuyen
m~nos
á
hacer
fructificar en ellas la palabra de Dios,
que sus
ex~ortaciones.
y
su
zelo.
Para for–
mar de esto una puntual idea., era menester
poder
representarse
los peligros
á
que
estan
expuestos ;· el hambre ,. la sed , los calores
excesivos , las- necesidades. de
todo género
que por
}Q
comun
experimen_tan , .
y
los obs–
táculos que tienen que vencer
de
parte de
los
Id6latras ,
Mahometanos
y
Cis1náricos.
Estos últimos sobretodo destruyen la obra
de
Dios
con un encarnizamiento
y
maligni-
dad,
Siglo
e
XVII.