GENERA~.
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om,itian ·ningun n1edio
p~ra
h1cerse
acreedo-
Siglo
r'es
á
la confianza de
los Infieles ,
ganar sus XVII .
corazones ,
y
atraerlos
~
la luz
de~
Evange-
lio ; pero con
el
tie1npo
un crecido n·úmero
abrió los
ojos
á
la ·
verdad ,
y
traha
jando
es-
' tos en desengañar
y
convencer
á
sus her–
n'lanos,
no tardáron
en
multiplicarse las
con-–
versiones ,
de
modo , que en pocos
años
la
nueva Iglesia
Christiana ,
que
se
hlbia
ido
formando con
tantos
traba
jos
en estos
cli~
m2 s remotos , llegó
á
hacerse numerosa ·'
y
es tar floreciente.
Luego
que
estas
Iglesias
recicnnacidas
hubiéron adquirido una
forma
mas 6xa
y
ri1as
s6lida por medio de
los traba
jo~
de
los
~~ti
sioneros ,
y
del buen órden que
establcc iéron
en ellas ,
form6
el
Consejo
de
Espao.1
la
idea
de
hacer ·
erigir
en
el dilatado
continente de
la
Amér~ca
Obispados, Arzobispados
y
Ca~
tedrales ;
fundar Universidades ,
Co1~t)os
_y
Seminarios ; en una
palabra ,
poner a1I
í
las
-cosas re
la
ti
vas al
gobierno
espiritual , en
el
mismo
pie
que
en
Europa.
Tanto intervenia.
eh ·
es.teproyecto
Ia política , .como el ze–
lo de ·Ia
religion.
No
se ignoraba, que el
mejor
·modo
de
tener · su
jetos.
e~
tos
Pueblos,
y
de aficionarlos
~
la
donlinlcion
de
<tUS
nuevos Señores, era instruirlos , darles prin–
cipios
:Y
re,glas
de
gÓbierno,
y
sujetarlos al
poder
público
y
á
las
obligaciones
de la vi-
L
3
da.