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su frente, como pobre proscrito,
e1npezó la tarea de sus en–
conados desahogos contra el
Catolici~tno,
su Jefe
y
sus sa–
cerdotes, ton1ando la direccion de un Diario, escribiendo
varias cartas á un antiguo superior suyo
y
al Cardenal vi–
cario del Papa,
y
en 1849 publicando el folleto de 88 pá–
ginas en contra de la Confesion sacramental, que nos ocupa
y
que en los años consecutivos se ha ido reimprimiendo
~n
Italia por seis
ó
mas veces. Este es el hombre, que se levanta
contra la institucion de Dios
!
Al oir esta multiplicada publicidad, que por la prensa
se ha dado en Italia
á
esa obra, habrá quizá creido alguno
que tenga un merito excepcional, que haga celebre á su
autor por sus talentos
y
estudios. Sin duda así opinan sus
correligionari0s;
y
el Traductor
peruano asegura bajo su
palabra, que El autor del
Ensayo
goza en Europa «de una
»
reputacion literaria que nadie ha puesto en uuda hasta
>>
hoy (
1).
»
El
Traductor
ignoraba tal vez lo que sobre esto
(i)
Este traductor es anonimo, pero es uno de aquellos que en Lima Jlaman á
los católicos
curialistas,
y
cuyo profesion de fe está expresada en estas pocas pa–
labras suyas :
«
Los
católicos curiales,
es decir los falsos ministros de Jesucristo,
, pregonan por la prensa, y hasta el fastidio, la ·procedencia divina de sus insti–
»
tuciones, y del
s.innúmero ele
invenciones con que han adulterado la santa
»
religion del Evangelio.,, En la
Advertencia,
p. 3, se ve aquí que el
Traductm·
conocía y amaba mucho las ideas de Lutero. Por lo demas, el traductor revela en
pocas lineas
la bttena fe
que le acompaña en sus
advertencias y notas.
Asegura que
el autor del Ensayo ha sido Jesuita:
cuando el mismo De Sanctis lo niega, y dice
que pertenecía
á
la
Congregacion de clerigos, dedicados al alivio de la doliente hu–
manidad,
y
consta que era miembro de convento de la Magdalena de Padres
de la
buena muerte
en Roma. Nos dice «que la piadosa sociedad
á
que hace alusion
• De Sanctis, no era de
propaganda protestante,
y
que se guardaria muy bien de
»
pertenecer á una sociedad que tratase de introducir en Italia el
protestantismo
,.
(nota
i).
»
Siendo así que el autor del
Ensayo
en la
dedicatoria
á
los Italianos
los convida
á
abrazar el protestantismo
y
sus doctrjnas
ó
errores que allí númera
(p. i2, !3, etc.). Afirma que
e•
nadie en Europa ha puesto en duda hasta hoy la
reputacion literaria de De Sanctis; cuando él ha leido en el prefacio del
Ensayo~
r('impreso, en
i8o0,
en que concepto la tenia el Dr. Belli ,
y
luego verá lo que
die~