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tengo hombre que me cure sino me cu–
rnis vos Hombre Dios, que veniste á
curar
á
todo el mundo. Recetad, Médi–
co de mi alma, cuanto querrais, que á
todo estoi
y
lo
recibiré co11 gusto. Con
estas consideraciones debe emplearse to–
do el dia de la comunion.
QUINTA.
Considera
á
Cristo como á Maes–
tro,
y
considérate como discípulo. Oye
sus lecciones, imprímelas en tu memo-
1·ia;
ponlas en ejecucion. Pídele, que ·te
enseñe el A, B, C, de la perfeccion Cris–
tiana, que es
el
amor de Dios,
y
del
prójimo. Díle con aquel otro
discípt~lo:
.l\laestro mio, ¿qué haré para consrguir
la vida eterna? ¿para vencerme á mí,
mis pasiones, mis resabios? ¿Qué· haré
11ara salvarme en mi estado? ÓJe lo qne
te habla al corazon todo el dia. Está
pendiente de su boca, pregúntale en tus
dudas, consúltale para tus resoluciones,
J
vé todo el dia empleado en estas consi–
deraciones.