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LIBRO PRIMERO. TlT.
J.
buena vida, y exemplo. ..Prohibimos, que ninguno
pueda
po~er
escuela, para enseñarlos á leer, ni es–
crivir, sin que primero havida informacion de sus
costumbres, y siendo examinados, tengan para ello
nuestra Aprovacion, y licencia,
6
de nuestro provi–
ssor,
ó
del Vicario del partido, donde se huviere de
poner, so pena de cien ducados de Castilla aplica–
dos para la fabrica de la Parrochia. Y mandamos,
que los Curas se informen de su proceder, y que
nuestros "Visitadores le visiten de las dichas sus cos–
tumbres, y de la Doctrina, que enseñan
á
sus discí–
pulos conforme al Cap. 19. de la instruccion del
·Concilio Provincial del año de 83. Y la misma dili-
gencia se hará con las Maestras, que enseñan á las
Niñas á leer y labrar, que el vulgo llama amigas.
CAP. VI.
Del orden, que· ha de haver pa.ra la extirpacion de la Idola·
t.ria de
Jos Indios.
1: Por quanto se ha visto por experiencia provada
con la relacion de nuestros
J
uezes Visitadores, que
han entendido en las causas de la Ydolatria, y de
otras personas Religiosas, y fidedignas, que casi los
mas de los Indios, que hasta oy se han visitado,
despues que empezamos
á
governar este Ar¡;obispa–
do, son Idolatras, y apostatas de nuestra santa Fé
Catholica, y que guardan los ritos, y ceremonias de
sn gentilidad, haciendo culto, y adoracion al demo–
nio, en piedras, cumbres de cerros, cuerpos muer–
tos, fuentes, lagunas, arboles, y otras muchas cosas,
lo qual causa el devido sentimiento por el triste es–
tado, en que han fallecido los ya diftmtos; y el que
tienen los presentes. Y como quiera, que el reme–
dioes dificultoso por ser el mal tan grave, y envegezi–
do, y en que el demonio tiene hechadas ta.n grandes