Amado lector.
Casi todas las grandes asociaciones
y
toJos los diferentes par–
tidos se agitan sobre este globo por resolver el problema de su
felicidad )' por alcanzar el perfeccionamiento de su modo de se r¡
solamente los ca tólicos de algunas partes miran con
suma
indi–
ferencia la decadencia de su rcligion, asi como el
triunfo que la
impiedad
Yiene
conqu istando dia por dia sobre la mayorfa de las
inteligencias; resultando de aqui el desprecio tlcl culto
y
de los
ministros,
á.
tal ex tremo, que si
a
nuestros representantes se les
metiera en la cabeza el pedir la liLcrtad de cultos en el Perú, estoy
seguro que no hallarla, entre nosotros, el menor tropiezo para
llevar
á.
cabo la realizacion de sus propósitos.
Ante semejante perspecti va es tiempo que todos los netamen–
te católicos hagamos algo en pro de los intereses do la fl\
n~ru
pñndanos en torno del leño santo sobre el
<JUC
expiró el Mártir de
la Redcncion.
Ved ahí, lector amado, el móvil prin cipal que me ha oLiigado
á.
relatar algo pertinen te
ít
las il'lnumeraLles necesidades qlle ex–
perimenta la nueva Q..i.Ac.c;il.s_d_e_funo; entiendo que para esto no
es indispensable siempre el ser un famoso escritor; creo que es
suficiente el tener un poco de buena voluntad
y
un tanto de amor
para con nuestro pais.
No es mi ánimo, al emprender esta tarea , el berir á la auto –
ridad
eclesi~slica,
a
la cual acato por principios y conviccion: obro
con la mas sana intencion
y
con el deseo
ma~
ard iente de que la
Religion eche hondas raíces en nuestro querido Puno: disimulad,
por lo tuismo, Jos defectos que notareis en los renglones de este
pequeño opúsculo.
N. N.