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- 3-

l~t\

sido sier.. prc la adqu isicion rle un local apto para la

educ:~rion

de los jó.,.enes destinados al ministerio eclesiástico;

y

es por eso

que

á

\'ece& se ven

U

escollar

á

los Seminarios por

<'11

medio de los

graneles cdific1os que

embellecen

una Ciudad Episcopal.

El

cora.zon se oprime y

el entendimiento se tupe al \;i\'ir en

moradas raquHicas

é

incómodas; tal ha aeontecido h. mas de un

jó\"en que habitó d

1

Jrante algunos

mios

los sombrfos claustros

d~

loe~!

de San Amhrosio.

Aparte de esto carece el nctual Seminar:o de anlas, r:rpilla

y

salones decentes, Jc todo punto urjentes

á

eslablecimicn tos de

cducacion.

Conviene pues pensar en la construccion de un nue\'O !oral

pa ra el Seminario de San Ambrosio,

y

no como quiera, sino

lo

mas pronto p1Jsib1e.

A

si lo reclaman los intereses del clero,

sa,

hasta hoy, rnlera–

mente atropellado:-;.

El clero es el Plemento primordial de una sociedad )' algun

sacrificio Ita de hacer:o<e por

el

bienestar

de aquel.

¿Fallan para ello

recur~os?

pues ocúrras.e

á

la cMidacl

·pllbli('a¡

~najénense

nlgunas capellanías, como se han enajenado otras aca–

so pa ra objetos menos importan tes; exíjase

algo

de la neprcsen–

tacion Nacional por cunlesqniera de nuestros DiputitdOs :-:uplen–

tes,

siempre que para ello rsl u\·iese dotado

del

suficient e

vall•r

y

encrgla;

~·,

sohre todo,

red~ame

cuanto antes

las

can tidades re–

colectadas ahora cinco nños petra la construccion lle una easa .de

Ejercicios.

Acaso nnestras palabras irán

h

estrellarse en

el

desierto

de·l

rgoismo y

de

la indtf<:rencia; pero ante \'erdad tan amarga, con–

suélanos

la

idea

de

que no

faltan en

Puno

cri~ tia ttos

prácliea–

ment e Ciltóliros que saUrim

~ccundar

con sus esfuerzos la reali–

zacion de este proye(:to.

Ne•··eShla•l de una

Re~oleta

pnrn. ••uno.

Dignao~.

puncños, escucha r'

las

palabr ..

1s

d.e

un crcJen le ad–

mirallor del lin allamcnte sublime de

e~ta

inslitucion franciscana.

¿Os habeis encon lrallo a!guna vez con

Ufl(\5

\'arones pacílicos...

YCstidos de tosco

saJal,

Jescalzos, escasos de bienes, sin

ma

s ca··

maque el duro suelo, sin mas armas

que

su bre,·iario,

s.in

mas

amparo que la Providencia ceiC:'Lial?

Son los hijos llel humano ¡.:eralin.

Los ''ulgarmente llamados Hecoletos.

Los C\'angelizadores 1lcl nue\'O mundo.

¿Qn é prelenden ?-

l!:scuchad.

Arranca r de

la

barbarie ci,·i!izada ;, los pnebios uncidos

ai

carro

del

moderno pagauismo.

Despertar

á

los hombres sumidos en el ol \'ido de su fin elern<1.

Predica r

h

los

pueblos

el

reynado

de

Cristo-Dios.-

llustJ·ar

constantemente ¡, Jos infelices indíjena!'.-E u

11ua

¡Miabra , ense–

ilar la ciencia de las ciencias, la ciencia d.c

1<~

:,;d\·acion.