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0csafio al liberal mas cxaJtado,

á

que me saque una institu–

cion mas bet1élica que ésta de la que haLlo.

E~ta

seria, indurlablemenle, la razc.n porque muchas ciudades

del Perú desearon obtenf'rlá median le actas ele,·atJas al Supremo

mandatario de la Nacion.

Y

es asi como

exiSten recoletas en el Cuzco, Lima, Junio, A–

requipa

é

lea.

La católica Moquegua. no hace muchos años que tambien las

pid ió por actas.

No m

u~·

lejos de Trujillo ha,y una Ciudad

cusos

habi tantes se

han dispu tado

a

porfia la honra de construir una RccClleccion.

¿Y solo Puno hahia de quedarse airas sin dar un solo paso en

ese senlido? ¡Imposible! no lo

creemosi

juzgamos por el contrario,

que todo Puno ele\'ará un Acta eu la que figuren millares de fir–

mas respetables.

No dudamos tampor.o

que

Jos Venerables Capitulares

y

Curas

en general serán los primeros en dignarse escuchar la indicacion

de este proyecto.

Si

no se le hace caso, si se le des.precia, a

!la

sabrAn ellos como

cntE'nderse ante

Dios.

El que, entre tanto, escribe es.tas cortas lfneas, tiene la dulce

satisfaccion

de

haber cumplido con un deber de patriotismo

y

de

reJision.

J.n Biblioteca

tleJ

Semh•urlo.

Ved ahí uno de Jos mejores bienes que posee ese plantel rle

Je,·itas, gracias Ala admirable generosidad del nunca bastante

bien llorado, finado Dean Señor C;tbrera; contiene como 2,200

''O–

lúmenrs; pero sensible nos es tener que re,•elar al público

la

pérdida de muchas obras imponantes, pérdida <¡ue no redunda

sir.o en gra,·e perju icio de las leiras. Es pues preciso hacer car–

so c!e esas prrdidas

á

los bibliotecarios neglijenres. Es tambien

indis.pensablc que todos los S('iiores

Sacerdotes ~·

buenos católicos

contribuyan al aumrnto de la

llibliotccn con libros que su cari–

dad les dicte obsequiar,)' seguros estén ellos, de que asi ha–

brán contribuido inmensamente al adel;:mto de ese plantel, e!'pe–

ranza

lejilima de

la Dibccsi..;. Con\'enicnte seria,

asimismo,

qnc de:'t!C !lo) mismo se hici('ra un im•entariC\ de todas las obras

alll

existcnlt·~,

tomancln nota de

tod~ts

las perdidas.

Cna

nz

que el Clero ha sido

íl tacndo sin tan tita misericor–

dia, parece que es lle¡.wcla

la hora de pensar seriamente en su

regcneracion, para lo

~u

e es esencialísimo asegurarle desde aho–

ra una ii JUcna )' \'ariada instruccion religiosa.

l\'ecei!iildad de

liJUl

Jlren.sa

Cntóllf'R.

~s

un hecho comprobado por In ll istoria, que do quiera ,

y

al

Ira

vez de los :.iglos, el Clero esiU\'O siemJ,Jre

á

la cabeza de los

grandes adelantos cientflicos.

Durante el siglo X. cuando la irrupcion de Jos bilrharos sol.Jrc

la Europa, los

claustro~

de religiosos,

fueron como otros tanto!t