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pa, que ya estamos adoptando en nuestro
país, surgen fuertes motivos para dudar
de la sinceridad de sus autores,
ó
mas
bien de su sabiduría y competencia ,
y
acaso de su buena fé y rectitud de
inten~
cion. Hasta la mitad del siglo pasado, to–
das las naciones consagraban siete años
al estudio de las lenguas latina y griega y
de sus clásicos, al de los elementos de
Fi~
losofia, la Historia Sagrada y el Catecis–
mo; y con url estudio constante, una dis–
ciplina novísima, Maestros hábiles y celo–
sos del crédito y renombre de su ministe–
rio , se decía, y era admitido como pro–
verbio y sentencia, que en el Colegio solo
se aprendía á estudiar. Ahora se afecta
ó
se pretende estudiar la lengua nacional, las
lenguas clásicas, dos
ó
mas vivas, la Histo–
ria y la Geografia en todas sus divisiones,
las Matemáticas, la Física, la Química, la
Historia Natural, la Filosofia en sus cinco
partes , la Religion y Moral cristiana ;
y
como si todo esto fuera un mero entrete–
nimiento, se agregan para comprobante
del desacierto , los estudios y artes de
adorno , el dibujo, la música vocal é ins–
trumental, el baile , la gimnástica, la es–
gtima, la natacion &a. Si semejante amal–
gama, Señores, no es la espresion de la
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