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rian los medios - seguros para formar al
hombre verdaderamente humano
y
social.
El estudio de las lenguas
y
literaturas
latina, griega
y
patria, enseña á la vez
á
pensar
y
á hablar; que pensamiento
y
pa–
labra es el hombre. Ese estudio muy ac–
cesible
y
proporcionado á las facultades
del jóven, cultiva
y
trabaja á la vez la sen–
sibilidad, la inteligencia, la razon, la ima–
ginacion
y
la memoria. La necesidad de
retener las palabras, despeja
y
suelta la
memoria; e] análisis gramatical
y
la tra–
duccion dan
á
la inteligencia actividad
y
concierto,
y
al espíritu hábitos de caridad,
órden
y
precision, que caracterizan des–
pues todos los ejercicios
y
trabajos men_.
tales mas penosos, todas las faenas
y
ocu–
paciones de la vida, al paso que avivan la
imaginacion
y
la sensibilidad,
y
revelan el
sentimiento de lo bello.
5.
No sería bastante decir lo que debe
aprender la juventud en el segundo pe–
riodo de su instruccion: nuestro pensa–
miento quedaría incompleto
y
mutilado,
si no me ocupase en este último punto de
proponer á vuestra sabiduría el mejor me-