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17D

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y

u na la religión verdadera, sólo uno puede ser el culto

agradable

á

Dios. Este culto como bien

lo sabéis es el

Culto Católico á cuya arrobadora magnificencia abrió

los ojos esta amada Patria

y

al cual se sintió. por felici–

dad. fuertemf!nte adhe rida mucho antes ele haberse pre–

sentido siquiera los albores de su independencia.

· Los que nos dieron Patria. los que sacaron el Perú

de la abnegación del Coloniaje á la vida autónoma

y

li–

bre de la R epública, consagraron su ardie·nte amor

á

la

Religió n Católica desde el primer Código político que

atinaron á formular, proclamándola como única

y

exclu–

siva.

Ju nto con su nacionalidad declararon los peruanos su

adhesión al catolicismo,

y

consignaron este hecho en las

primeras bases de su Constitución política de 1822. fo r–

mulando en el artículo 5° su fe religiosa en l"Stos térmi–

nos:- ''La religión es la Católica, Apostólica, Roma–

na, con exclusión del ejercicio de cualquiera ntra".

La de

oviembre de 1823. añadió á lo anteriormen-

te transcrito esta disposición: "Es un deber de la

a–

ción protegerla constantemente por

todos los medios

conformes al espíritu del Evangelio;

y

de cualquter

lta–

bitante

del Estado respetarla in violablemente''.

Después, todas las Constituciones dadas sucesivamen–

te en los ai'los r826, 1828, 1834. r83g, r 8s6

y

r86o vi–

gente, han consignado de preferencia declaraciones

y

dis–

posiciones semejantes.

o han fa ltado, es verdad, de tiempo en tiempo.

y

especialmente en 1855

y

r867 quienes intentaron arran–

car de nuestra Magna Carta tan grande como necesaria

d eclaración; pero entonces los pueblos todos del Perú se

han alzado como un solo hombre para protestar d el aten–

tado

é

imponer respeto

y

silencio

á

los a tentadores con–

tra los principios de su religión.

o es por cierto ante una Asamblea Católica ante la

que haya necesidad de demost::ar las verdades que acer–

ca de este punto en eña la Iglesia

y

la razón; ni expre–

sar las poderosísimas razones que el pueblo del Perú tie–

ne para protestar de todo conato que tienda á establecer

en nuestro suelo la libertad de cultos.

o es sólo la conciencia privada 6 individual la que

se siente conmovida y amenazada con semejante aunqu e