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A.DOOCT.\.VO
adelante,
ti
quien Dios echa su santa hendicion, porque si del
tronco de ·un acebuche, y de una pua de un olivo injerta en él, se
hace un árbol generoso, cuya flor y fruto ya no es de acebuche,
sino de oliva; ¿habiéndose injerto en tí Jesus, qué fruto has de
llevar? No ya de hombre solo, sino de hombre, y Dios; porque ,
aunque el tronco es de horribre, lo que mas fructifica es Jesus, con
tal que cortes los renuevos que brota la naturaleza del tronco, por–
que no impida la virtud al divino ·Pimpollo, que p'ara que él
crezca en tí, y tú lleves el fruto bendito, es menester que esté
Jesus contigo. Has, pues, que huelan
á
Jesus tus obras,
y
que
sean de Jesus,
ó
por Jesus todas tus palabras,
y
así llevarás el
fruto. que de tí quiere tu dulce injerto
J
esus.
SANTA ru.ARIA !UADRE DE DIOS, RUEGA POR NOSOTROS PECADORES,
AUORA Y EN LA HORA DE NUESTRA lUUERTE. AMEN.
Vírjen Santísima María, que como nave gruesa del divino
Mercader, nos trajiste del pósito del cielo este divino pan, que Jo
recentaste con la levadura Sagrada de tu carne, que lo masaste con
la !eche purísima de tus virginales pechos, que lo cociste con el•
ahrasado fuego de tu ardiente caridad; suplícote, Señora mia, me
alcances de este Señor, que como el pan ordinario sustenta la vida,
renueva las fuerzas, hace crecer
á
los
pequeño~,
y
da gusto al pa–
ladar, así este divino pan sustente mi vida espil'itual, rehaga las fuer–
zns Je mi alma, repare mi virtud enllar¡uecida
~
me fortalezca con–
tra las tentaciones del enemigo , me haga creer de virtud en virtud,
y
purifique mi estragado gusto, para que guste su sabor
y
dulzura:
lo cual conseguiré si tú, Vírgen Santísima, rnegas por mí, pecador,
ahora
y
en la hora de mi muerte. Amen.