DEL SA.llltlSIMO
SACRUIB~TO.
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al tercero dia con el cuerpo, se levantó por· su propia virtud , resu–
citan<lo vivo, inmortal y glol'ioso. Príncipe de los Cielos, yo con–
fieso , que sin bajar de ellos, ni apartaros de la diestra de vuestro
Eterno Pa(re, habeis bajado
á
mi pecho , que ha sido un infierno,
habitacion de pecados y demonios, pues habeis entrado en él , to–
mad Ja posesion ; por vuestro estoy
,
rendido me habeis , tomad las
llaves del alma, echad fuera lo que no fuere vuestro,
y
no salgais
de ella , hasta que resucite con vos á nueva vida
y
goce con vos de
la eterna.
SUBIÓ
Á
LOS CIELOS Y ESTÁ SENTADO, ETC.
Yo creo, Señor, que subisteis
á
los Cielos, no en cuanto Dios
que todo lo llenais, sino en cuanto hombre, levantando vuestro
cuerpo y alma al Cielo Empíreo, donde antes no babia estado, y
que tomásteis posesion del reino celestial,
y
desde allí gobernais
cuantas cosas hay en los cielos y en la tierra, en compañía de
vuestro padre (que eso es estar- sentado
á
su diestra), en cuya
audiencia haceis tambien oficio de procurador
y
abogado nuestro.
Bendito seais, dulce Jesus mio, Esposo amantísimo de mi alma,
pues habiendo de hacer tan larga ausencia, me disteis este bocado
para aficionarme; me dl'jásteis este memorial, para desterrar mi ol–
vido, t>sta preciosa joya ,
y
presea para enriquecerme; esta prernJa,
que es prenda de cuanto allá se goza ; esta manda, que vale mas
que todo lo criado; este mantenimiento y provision , que sustenta
mi ánima; esta renta de pan, que por imponérmela perpétua, dis–
teis la vida vuestra,
y
á vos mismo en este Saulisirno Sacramento.
Suplicoos, bien mio, que nunca de mí os aparteis·, y que de tal ma–
nera conmigo os unais por amor, que yo me mude en Vos por
$C–
mejanza debi<la y eternamente os goce.
DE DONDE HA DB VENIR
Á
JUZGAR LOS VIVOS Y LOS MUERTOS.
Y
o creo, Señor, que habeis de venir con grande l\Iajestad á
juz;;ar vivos
y
muertos, esLo es, buenos y malos en el fin del mun–
tlo,
y
que vendrá un diluvio de fuego universal quti lo aLrase todo,
..)