DEL SANTISIMO SACRA.MENTO·
Y PERDONANOS NUESTRAS DEUDAS, ASI
COM~
NOSOTROS LAS
PBRDONAIUOS A NUESTROS DEUDORES.
Dulce Jesus, yo te suplico me pei·dones las faltas que en reci–
birte hago, como me has. perdonado tantos pecados. ¡Qué de veces,
Dios mio, has limpiado mi alma de sus inmundicias con tu ,preciosa
Sangre, por medio de la penitencia ! ¡ Qué de veces te he
dej~llo,
como hijo pródigo, saliéndome de tu casa, desperdiciando tus do–
nes; viviendo lujuriosamente, sil'viendo al demonio , apacentando ·
el ganado pel'dido de mis torpes deseos; y tú me has recibido como
Padre, y me sustentas con tu Carne y Sangre! Ya vuelvo otrn
rez,
perdóname y
d~me
tu gracia, pues te me has dado á tí, para que
con alegría y prontitud perdone yo las injurias
y
agravios que me
hicieren' pues tú 'tanta me perdonas
y
tanto me regalas en es–
ta tu mesa.
Y NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACION.
Gracias te doy, bien mio, por tantos ausilios cómo me has da–
do en mis tentaciones , preservándome de cae1· en muchos pecados
por la virtud y eficacia de este dulcísimo Sacramento. ¡·Qué pecados
se cometen , que yo rio cometiera, sino fuera poi· tu gracia
! ¡
Con
qué facilidad cayera en las tentaciones, si tú no me tuvieras de tu
mano! ¡Qué de veces me hubiera condenado, si no me diern la vida
este manjar celestial! Por él vivo,
y
por él deseo mol'ir al mundo
y
' á todas sus vanidades.
·
IUAS LÍBRANOS ' nE MAL, AlllEN.
¡De qué males me has lihrndo , Señol' mio, así de culpas, co–
mo de penas! ¡Qué de ellos están ardiendo en los infiernos, que
pecaron menos que yo! ¿Qué te daré por tantos beneficios como me
has hecho,
y
por tantos males de que me has librado? Amaréte como
á
()adre; levantaré. siempre mi corazon al cielo donde está mi amado,
;