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380

TRA.HDO SETIMO

sus perfecciones divinas; que le dé cuanto tuviere

á

él,

ó

á

otros

por él, que desee padecer mucho por su amor; que haga su gusto

en todo,

y

rrciba disgusto de lo que

á

él se lo da; que ame lo que

él ama,

y

aborrezca lo que él aborrece; que se olvide de cuanto

lrny

criado por acordarse de él, mientras que de la union de

fe

viva

pasa

á

la union de la vista clara de su divino Esposo.

Pídele que te conceda lo que le suplicas, por se1· él quien es,

por ser bonJad infinita, por el amor con qtie te ama, por el deseo

que tiene de tu liien, porque te manda que le piJas, por.Ja gloria de

su santo Nombre, para c¡ue sea glorificado de tí,

y

de todas las

criaturas, por Jesucristo su Hijo, por la Virgen Santísima

y

otros

santos. Rcpreséntale tu ílaqueza, tu miseria , tu mala inclinacion,

y

la mucha necesitlad que tienes ele lo que pides, porque el demo–

nio te persigue

y

acosa como

á

si<~ rvo

y

esclavo de Jesucristo nucs.

tro Selior. Y siempre has de petlir lo q11e mas hubieres menester,

como el ciego del Evan g<' li o, que pregu111.atlo de Cristo nuestro Se–

iior, c111é era lo que qu cria, lnego le representó su mayor necesi–

cla1l , é i11sisLe y persevera en eso hasta que lo alcauces ,

y

dile

á

Dios con D:wid: Una cosa pedí al Se1'ior,

y

esa le demandaré,

y

procuraré siempre hasta :ilcanzarla. Mas no has de ser tan importu–

no en pedir, que no pares un rato, corno el pobre, que en habien·

do

rcp rc s e1~ tado

sn necesidad

y

pedido su limosna, calla

y

espera

r111e se la 1lcn; signi!'í cal c , sin hablar t11 fervoroso deseo, con el cu:il

ci!ll:indo pid es lo que qui eres, que el Sefior oye el deseo de los po–

hrcs , sin el c11al

110

pides n::11la por mucho que hables. A tu alma

lias 1l e peJir t::i inLi en que vuelva sobre sí, que deje los pecados, que

se confulllla J e ell os , que huya de las ocasiones, que deje el amo1·

dcsord c11aJo 1le las cri aturas, que se avergüence de

lo poco que

hace para salvarse, qu e se prepare para morir, volviéndose

á

Dios

de vera s , no la deje ,

110

al ce la mano de ellas, no le vuelva las es–

pald a. , y se quc1le sin Dios para siempre. A la Vírgen Sa11tísirna

le lia s 1l e s11plicar

fJU<'

lwga oficio tle l\bdre,

é

iuLercesora; al fogel

tl c

Li1 <Y1 1:m l::i ,

Ll e ayo

y

maes tro: al s::Íuto de

l11

nornbre, de pa–

l.ro

n

y

ali ogaJo , que 111tdi.ipli cados los intercesores ,

Lt

concederá

D:os nu sti'O Scfio r lo r¡11c le pidieres. Y es bi en le pidas te alean-