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inmortal? Dirás, no creo tal : pues.esa es· la mayor locura , cree1·
que te mueres
y
vivir como vives. Si tú ,vieras un preso condenado
á muerte ,
y
notificada ya la sentencia, que danzaba, tañia, juga–
ba, y vivia como tú vives, ¿no le tendrías por un loco? Si Je vie–
ras llevar
á
ajusticiar por las calJes acostumbradas,
y
que yendo
á
la muerte por sus pasos contados , miraba á las demas, y las pro–
curaba aficionar, no dirías que babia perdido el seso? Si vieres
á
uno con Ja candela en la mano boqueando ya,
y
que codiciaba Jo
ageno , y lo tomaba, y que pretenqia oficios
y
cargos, ¿no Je juz–
gal'ias por un mentecato? Si por cierto.• ¿Pues cómo no juzgas lo
mismo de tí? Mas presa
y
tapiada está tu alma en ese tu cuerpo,
que los aherrojados en calabozos: Sentenciado estás
á
muerte,
y
notificada ya, y aun ejecutada en algunos de tns cómplices: ¿y
á
tí te llevan los ministros de Dios, y del tiempo. á mori1·,
y
vas
como vas? ¿Estás eu tí? ¿Has perdido el juicio? Considera, pues,
que
est~s
á
la muerte, y andaránnuy temeroso y recatado en todas
tus acciones, y comenza1·ás
á
vivi1· en los ojos de Dios. No pon–
drás tu aficion en las cosas perecederas, y aspirarás
á
las eternas;
porque Ja vida perfecta es una me<litacion ,
é
imitacion continua de
la muerte, y Ja memoria de ella es gran parte para alcanzar la per–
feccion de la vida.
Mortifícat~,
descárnate, despues vivirás, que
esta vida es muerte. Si eres pobre, enfermo, afligido, cautivo
y
despreciado de todos en esta vida, ayúdate
á
bien morir con la
paciencia, y guarda
d~
la ley de Dios, y te librarás de la pobreza,
enfermedad , aíliccion , cautiverio y desesperacion eterna con un
dichoso fin ·' principio de las honras, riquezas, descanso y gloria
que tiene Dios para los que le sirven. Si eres mozo , sano y robus-·
to, noble, rico , lozano, en la flor de tn edad , en la locura de tu
juventud , sin buenos respetos, ni honestas costumbres, sin rienda;
si de noche,
y
de dia no piensa;,, ni tratas de otra cosa, sino de
holgarte en fiestas, en j1rngos, en pasatiempos, en liviandades, ol–
vidado de tí y de Dios, .y piensas que estás muy lejos de la muerte;
mira que te engaña la esperanza vana, que se cria en el pecho ju–
venil, en la lozanía de tu verde
y
florida edad. Muriéndote estás;
y
ayúdate
tú,
y te ayudar:i Dios dándote una dichosa muerte.
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