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dio de las sombras de la muerte, no tendré de qué tener miedo,
porque Vos, Sefior, estais conmigo. Dile que .pida
eón
tiempo el
santo Oleo, con el cual se acrecienta la gracia, se penlona11 los pe–
cados veniales, se sanan las enfermedades del alma,
y
á
veces las
del cuerpo; se quitan las reliquias del pecado, y si hay alguno mor–
tal, c.ometiclo despues de la última confesion, de que no puede con-
"
fosarse, por fal tarle el habla,
ó
la memoria ,
ó
el confesor, con sola
atricion, y este Sacramento, se salvará su alma: la cual se llena
de alegría ,
y
se fortalece para luchar con el demonio , que echa el
resto <le sus tentaciones en el remate <le la vida, donde si sale ven-
•
cedor, para siempre lo sed. Y haz que se lo traigan luego;
y
en
hahi~ndolo
recibido, es bien que tenga siempre quien
le
hable
d1~
nuestro Seüor, algun religioso,
ó
sacerdote,
ó
alguna persona vi1·–
tuosa, auuque sea mujer,
y
que se recoucilie todas las veces que
pudiere, aunque no haya nuevas culpas , por la gracia qne se al–
canza,
y
por las penas del purgatorio que se remiten. Adviértesc, ·
que si por
la
sugestion del demonio, le cougojaren algunos peca–
dos graves, . que por olvido n.o confesó , que se le perdonaron cuan–
to
á
Ja culpa, cuando confesó los <lemas. Si le pareciere que
las
confesiones pasadas fu eron mal hechas,
ó
si (lo que Dios no per–
mita) por su flaqueza,
ó
por
e~
mal hábito que ha teniclo, se dejare
vencer de algun pensamiento deshonesto ,
ó
de algun deseo de ven–
_ganza, etc. , en cosa grave,
y
se viere sin habla, ó sin confesor
para confesarlo, haga actos de contriciou, que mientras el alma
está en el cuerpo, remedio tiene,
y
110
desmaye, ni pierda la con–
fianza en Dios.
Pow1rásle un Cristo j1111lo á él , ·
y
agua hendita que echarle
amenudo,
y
algunas cuentas, ·
ó
medallas Je indulgencias que tenga
el enfermo,
y
<liga arnenudo: Jesus, porque este
~auto ~ombrc,
con
fe
viva creido,
y
cou clevocion invocado, tiene tal virtud , que
da gusto en cualquier afocto santo, aviva las potencias, aument;t
la <levocion, dispone el alma de quien le invoca
á
todo género de
piedad, ahuyenta los rlemonios, mueve á cont.riciou de los pt•cados,
á
a111oc. Je Dios,
ü
confianzt! de su misericordia, agradcci111ic11to_de
lo muclio <1ue padeció por nosotros ;
y
sufrimiento,
y
paciencia de
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