lt" LA SATlSFAf.CION OIILWATUIUA .
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Este consejo tomó para sí doúa Sancha Carrillo , doncella no–
hilísima,
y
hahién1lolo cumpli1lo enteranir.nte, se encenó en m1 apo–
sento 1le las casas de su padrn, don1lc para poner freno
á
los insultos
1lc la t.: arne,
y
segar la lozanía 1lc su j111
•e11t.ml,se trataba mal por
to1los cami11os, te11iendo por ca111a
1.111
corcho.
El
snefio era
muy
poco,
:í
deseo,
y
pura necesidad, crnclisirnas disciplinas hafü1Jas en
sangre,
y
mny frecuentes; su camisa un cilicio nudoso de cenias
largo, desde el cuello
á
los pies; sohrn él 1111a túnica hasta, ccfii1la
con cintas de cardas, tan apretadamente que pc11etraha11 hasta la
carne,
y
la herian sin piedatl. No vistiú jamás otro lie11zo, 11i 111u1ló
otra cami sa, 11i tlió
:í
su cuerpo otro refrigerio, 11i tuvo e11 tantas as–
perezas <l1wlo alguno , ni lástima <le sí misma, nu1H111c era muy
de–
licada,
y
tierna lle su 11atural,
y
criada sil•mpre en mucho regalo.
Y
con toda esta penilc11cia la aíligia
el
espíritu de In fornicacion,
con aquel soplo infernal con que él hace :.mler las brasas de nnes–
trns pasionrs;
y
tal vez no contenta co11 los remedios ordinarios de
la humildad, oracion, y abstinencia, se entró
(:í
imitacion tle sa11
Bernardo) en un gran tinajo11
de
agua fria, con que apagó la llama
de aquel inc<'n1lio.
¿Y
r¡11icrcs
tú
s•)r casta rizándote,
cornponi~11tlotc,
pi11L:í11dote el rostro, rcgala111lo
t.11
cuerpo co11 liola11Ja s
y
sedas, llc–
n:111do
1.11
e:;tó111ago de rega los
y
csq11isitos rnaujares ,
y
preciosos vi–
nos,
derritiérnJotc~e
el corazo11 co 11 la aficion,
r¡11 c
t.~
le tiene robado ,
y
en medio 1le las ocasio11cs , ri sas
y
conversaciones, que son la s
madres
de
i11fo111cs ca idas'? No lo creas; si 110 te rnorLilicas, no serás
honesta; si
110
ha c('s pc11ite11cia,
tú
caerás c11a11do 111a s segura es–
tés (
1).
U11cn ejemplo tlió de es to
h
gloriosa Magdalena , san
La lU:Hía
Egipciaca, Tais
y
otras que h11ycro11 las ocasio11 es ,
é
hici cro 11 gran–
dísima pe11iLe11cia,
y
quien no la
hac~
no estü s"g11ro de caidas
(2):
crnciüca tu carne cou sus vi cios,
y
co11c11pi sce1wias ,
y
serás de
Cristo, que por serlo,
y
¡ior estar lejos tl e ca()r, sa tt Bc:iito se re–
volcaba desnudo en las espinas, san Frai1cisco se arrojaba entre las
zarzas,
y
se e11terraha e11 la 11ic11e, si11 salir .: e ella, liasl.a que con
el
mucho frio se apagaba el fo cgo se 11:>11al ,
y
se rcu1itia la fu erza de
(1) Suri11s in car .- (2) Ad L:ilal. '"
!"1. 11.
21,
l.! ~·1n
S11r.