PRHIER FUNDAJIENTO
DE LA
REFORMACION CRISTIANA.
CAPITULO PRIMERO.
QUE LA FELICIDAD Y SUMO BIEN DEL HOMBRE NO SE HALLA EN
ESTA VIDA.
1_..,0DOS
los descendientes de Adan (1)
nacem~s
con un apetito
y
deseo natural de Ilegal'
á
un estado en que tengamos todo bien
y
carezcamos de todo mal,
y
asi siemprn deseamos mas de lo que te–
nemos para poseer lo que no alcanzamJs
y
tanto apetecemos. Y si
bien nadie en esta vida ha llegado
á
tal estado de felicidad (que los
filósofos llamau sumo bien) no dudaron ellos sel' posible el alcan–
zarse, pues el Autor de la naturaleza (que no hace en valde nada)
no había de imprimir en nuestros corazones apetito tan insaciable
de cosa imposible,
y
tan amable, que nadie puede abonecerla
aunque se abonezca
á
sí. Convencidos, pues, -de esta verdad los
sabios del mundo, quisieron sahet· en qué linage de bienes consistía
semejante bienaventuranza, y asi trntaron
á
esta cuestion como la
mas grave
y
de mayor importancia. Epicuro y Arístipo pusieron el
sumo bien en el deleite; Herilo en la ciencia
y
conocimiento <le las
cosas naturnles; Galifon
y
Clitomarco en los gustos y entreteni–
mientos virtuosos ; Hieron en la entera salud; Diodoro en
la
falta
de todo mal y dolor; Carneades en la abundancia de bienes; los
(t)
S. Thom.
1..
p. q.
art. iO
&.
q.
60.. art.
~.
1