AL CRISTIANO LKCTOR,
HABRA
cuarenta
y
cuatro años, cristiano lector, que saliú
:í
luz es le liurn,
algo desmedrado, y tal, que yo, que soy su padre natural, lo desconocí, y
se lo ahijé á un amigo mio (que era otro yo) de mi mismo nombre, carne
y
sangre, mas no lo perdí de vista ni lo desamparé, antes (viéndole algo apa·
ciule, provechoso
y
agradaule,
y
que muchas personas , así seglares como
religiosas' lo uuscauau' pediau y llevauan á sus casas con tal afecto y.prie–
sa , que eu !Jrcve tiempo se gaslarou Lres impresiones) me alenté
:í
criarle,
y
ya criado y crecido' fue fuerza vestirle de primavera del ciclo' matiza.da
con algunas flores, que el Paraiso Terrenal de la Escritura Sagrada pro–
duce y los jardines curiosos de los santos exhalan , para que te dé mas
gusto
y
sirva mejor que hasta aquí. El mismo es, que fue en la susfancia,
con los accidentes dichos, y otros dos tratados de importancia que lo ha–
cen mas allo para tus mejoras y mis aumentos; pues para
lí
sale algo mas
aseado
y
para mi con mas mérito por divulgarse segunda vez por órden
y
voluntad de la santa
ouc1.li~ncia,
que juzgo ser !a de Dios. El cua l , descoso
de lu uien , con tiempo te avisa y encarga por medio de csle
1
iuro, que no
le descuides de tu salvacion, que tengas ajustadas las cuentas para el dia de
la cuenta, que es to es lo qnc dijn David : «Ávisais, Señor, con tiempo
;í
los que os temen ; despcrtai slos, apercebislos, haceisles señal para que se
pongan en sa lvo , para que huyan del arco de vuestra justicia para que se
libren
y
salven vues tros escogidos.» Si
tú
eres uno de ellos, cierto estoy
que le aprovecharás de este mi pequeño Lrallajo, y que 1·cformarüs tu vida
por el órden que en él le doy. Considera que para ti so lo me mandó Dios
que escriuicra este lillro, 1le lo mejor que han di cho los santos en cada ma–
teria; suya es la doctrina, mia la di sposicion,
y
de Dios moverte el cora–
zon
y
halllarle al" alma. No lo dejes de la mano has la que
s~
l\1ages tad le dé
la suya para que de veras le vuelvas<\ él. Si le se hiciere grande, Ice poco en
él, pero
:í
menudo y con alencion ,
y
te parecerá pcqueiío
y
pentllrarú tu
alma un rayo de luz divina, que la deje trocada
y
fervorosa. Aquí hallarús,
si eres prudente
y
llicn inclinado, nobles desengaños para es timar en lo
que son las honras, las riquezas
y
deleites de esta vida; y si eres gran pe–
cador, hallar:\s cuan lo has menester para reducirte y salvarle ; motivos
para auorre.:er el pecado mortal, para amar mucho
á
Dios
y
volverle
:í
él
de todo corazon; para temer la muerte, el juicio , el infi erno
y
desear la
gloria . Ac¡uí hallarás medios muy fá ciles para lwccr uiea hecha una con-