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mino santo de su eterna salvacion. Estén seguros, que . si la leen
con una alma hien intencionada, ·verán milagrosos efectós; aunque
se empeñen en una obstinaciori voluntaria. L:\ mano de Dios no
está abreviada , y sabe hacer prodigios, no solo por medio ·de los
ministros de su palabra , si tambien por los Jibros, tan preciosos
como este.
¡
Cuántos santos comenzaron su conversion y santifica–
cion por la lectura de un libro piadoso!
Ningun padre de familias debía dejar de tener esta obrita; por–
que si hay necesidad de perseverar en Ja senda
d~
la virtud , siendo
cierto, como es; que no sení coronado el que no peleare legítima–
mente hasta er fin, es mas necesario
á
los
pecad~rcs
emprender sn
reformacion cristiana.
En esta reimpresion se ha procurado no alterar el uso y giro de
nuestro castizo idioma, del que se valió el piadoso autor, por no
ocasionar algun daño á su varonilidad
y
belleza. La parte principal
de las mejoras de esta reimprcsion ha consistido en la correccion de
innumerables rrratas (de imprcsion sin duda) sobre las citas de las
santas Eserituras
y
santos padres,
y
de otras muchas.
No podré decir, qne las puras
y
loables intenciones que al
sabio auto1· de esta obrit.a movieron á escribirla, sean las 1pismas
que me han estimulado
<i
su reimpresiou; mas si logro qne su pre–
ciosa doctrina aproveche
á
mis semejantes, he logrado cuanto po–
día desear. VALE.