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do; pero bien pronto la fama de sus virtudes le
atrajo un gran número de imitadores, convir–
tiéndose su solitarai morada en una verdadera
poblacion de donde salierori sus primeros y mas
eminentes discípulos, entre los que son muy no–
tables San Plácido
y
San Mauro.
Poste~iormente
se dirigi ó San Benito al monte Casino cerca de
Nápoles, en donde fundó su mas célebre monas–
terio en 525. Allí escribió su excelente regla que
pronto fué adoptada por todos los monasterios,
é
instituyó la órden de los Benedictinos, hacien–
do abandonará los monjes la vida contemplati–
va y llamandolos á la actividad del trabajo espi–
ritual.
.
Influencia de los monasterios
-
Grande
y
benéfica fué la influencia que los mon–
jes ejercieron en la sodedad durante la época en
que los bá:rbaros destruyeron el Imperio romano
y
la civilizacion antigua: los claustros fueron en–
tónces el albergue de la ciencia
y
de la virtud, el
asilo de los pobres y de los perseguidos: de ellos
salían los .atrevidos predicadores que recorriero11
el mundo, conquistando á los pueblos á la ley
de Dios; en los monasterios se estableciero·n las
primeras fábricas
y
talleres
y
se fundaron escue–
las, que mas tarde se convirtieron en universi–
dades, de donde salieron los primeros gérmenes
de la civilizacion moderna.
Decadencia de los lllonasterios-El
favor
y
prestigio de que gozó la vida monástica
debilitaron la severidad de la regla primitiva: los
monges principiaron á poseer fundÓ"S
y
rentas; y
fué tanta Ja liberal.idad de los príncipes
y
d·e los