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ses ; y despues de haber dominado
á
los dife–
r entes pueblos que formaban el Imperio ro–
mano , convirtió tambien
á
los mismos bárba–
ros que lo invadieron
y
destruyeron, y que á
su vez se hicieron cristianos. No siendo posible
describir detalladamente la manera como se
propa gó el Cristianismo en todas las naciones
del Anti guo Continente , indicarémos por lo mé–
nos la conversion de los diferentes pueblos que
deben considerarse como padres de la civiliza–
cion moderna; tales son : los
Fran~os
que se
convirtieron en el siglo V ; los Visogodos, Lon–
gobardos y Anglo-Sajones, en el VI; los Ale–
manes en el VIII ; en el siglo · IX los pueblos
Escandinavos, los Polacos
y
los Rusos; en el
X Jos Normandos, y en el XI los Húngaros.
Conversion de los Francos
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Este
pueblo de origen germano apareció éomo inva–
sor
á
mediados del siglo llI en que devastó las
Galias; y despues de varias incursones se es–
parció en Flandes, habiendo adquirido entre
los romanos una gran reputacion por su valor}
proezas. A Ja caída del Imperio romano los
Francos
ú
hombres libres estaban divididos en
varias tribus, siendo las principales las de los
Salicos
y
Ripuarios. Clodoveo ó Clovis, gcfe de
una banda de estos guerreros, si ei primer rey
histórico de los Francos y el que atrajo
á
su
nacion al seno del Cristianismo; casado con
Clotilde, princesa católica, descendienie de los
reyes de Borgoña, había desoído los consejos
de su esposa que le exortaba
á
abandonar la
idolatria ;
y
dominado por su ambicion, solo