- 111 -
murio súbitamente al dirigirse á la Iglesia.
Sú
doctrina no terminó con él, dominó por algun
tiempo en algunas provincias del Imperio
y
se
extendió enlre los bárbaros, pri11cipalmente
entre los Suevos, Visigodos
y
Longobardos.
ltiacedonianos -
Macedonio, obispo de
Constantinopla
y
secuaz de Arrío, agregó á la
do ctrina de es te un nuevo error: "Sostenía que
el Espíritu Santo no era Dios.
»
(360). Esta he–
rejia
fué
condenada en el segundo Concilio ge–
neral, primero de Constantinopla, en el que se
declaró solemnemente
«
la existencia de un solo
Dios,
trc~
personas en Dios : el Padre, el Hijo
que ha sido engendrado
y
el Espíritu Santo que
procede de los dos.
»
Este dogma de la Trini–
dad, fundamento de la Fé Católica, se halla for–
mul ado en el simbolo de S. Atanasio.
Pelagianos
-
Un monge inglés, llamado
Morgan, conocido generalmente con el nombre
de Pelagi-o,
fué
en el siglo quinto el autor de
esta herejia. Pasó de Inglaterra á Roma, en
donde sostuvo su nueva doctrina :
«
negaba en
ella el pecado original
y
la necesidad de la gra–
cia;
y
soslenia que el hombre puede salvarse .
siguiendo solo las
inspir~ciones
de su libre al–
bedrío.
»
(4·1
~).
Su discípulo Celestino pasó á·
Africa
y
esparci ó tambien estos errores. Pero
San Agustín los refutó victoriosamente en sábios
escritos,
y
la herejia
fué
condenada por los·
obispos africanos en el Concilio de Cartago.
Posteriormente los Papas S. Inocente
y
Zosimo
confirmaron la sentencia
de
Concilio
y
exco–
mulgaron
a
Pelagio, Celestino
y
á sus partida-