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DOMINGO
VEINTE
Y CUATRO
non preeteribit generatio hcec,
donec omnia hcec fiant. Crelum,
et terra transibunt
,
verba au–
tem mea non prceteribunt.
que no pasará esta gene racion si nqué
sucedan todas estas cosas. El cielo
y
la tierra faltarán, pero no faltarán
mis palabras.
MEDITACION.
Sobre esta gran verdad
Todo pasará; pero la
palabra de Dios no pasará.
P U N T O
P R I M E R O.
Considera que todo pasa : en este mundo todo es ca–
duco
y
perecedero: grandezas mundanas, monarquías po–
derosas, cuyos cimientos son los huesos
y
la sangre de
tantas víctimas de la ambicien : leyes autorizadas con
los sellos mas sagrados ; edictos, decretos, estilos todo es–
tá
sujeto
á
la revolucion ,
á
la mudanza : todo se altera
con el tiempo, todo se consume, todo se muda. Saloman
tuvo razon en decir, que nada es estable debaxo del sol:
Et nihil permanere sub sole
(
Eccl.
2. )
David , hablando
de los cielos , que son la obra de las manos del Señor,
y
de la tierra que puso el mismo Di0s sobre sus funda–
mentos, comprendido baxo estos dos objetos todo lo
que hay en todo el mundo de mas bien establecido
y
de
mas durable, exdama: todo esto perderá un día toda su
belleza
y
todo su resplandor, todo se consumirá como un
vestido; pero vos, Dios ,mio , vos permaneceis siempre el
mismo. Todo tiene sus edades,
y
todo envejece: vos, Se–
ño r , muda re is tod as las cosas, como se muda un ve tido
viejo: todo se muda, todo pasa; pero vos, Señor , no os
muda is ,
y
los años no pasan para vos:
Tu
autem
ídem
ipse es, et
nnni
tui
non deficient
(
Psalm.
101. ).
No
hay
cosa que no mude de faz , excepto la palabra de Dios.
Sus oráculos son infalibles,
y
nada puede debilitar
ó
al–
terar la verdad y la sanridad de sus máximas y de sus
leyes. Todo lo que el Salvador ha dicho es verdad : sus
consejos~ su~
preceptos son otros tantos oráculos pronun–
ciados por boca de la Verdad esencial y eterna. Por mas
que el espíritu del hombre sutilice y adelgace cuanto se
le antoje; por mas que su razon se ponga en prensa
y
se