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DESPUES DE PENTECOSTES.
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enim túnc tribulatio magna
qua/is non fuit ab initio mun–
di
usque modo, neque fiet. Et
nisi breviati fuissent dies
illi,
non fieret salva omnis caro,
.red propter electos
~reviabun
tur die.r
illi.
Tune si quis vo-
·
bir dixerit, Ecce
hic
est Cñris–
tus
,
aut iltic, 110/ite credere.
Surgent enim pseudochri.rti, et
pseudoprophette; et dabunt sig–
na magna
,
et prodigia
,
ita
ut
in
errorem in<focantur
(
.ri
fieri potest) etiam electi. Ecce
prcedixi vobi.r.
Si
ergo dixe–
rint vobir, Ecce in deserto est,
nolite exire. Ecce in penetra–
tibus, nolite credere. Sicut enim
fulgor exit ab Oriente, et pa–
ret usque
in
Occidentem
:
ita
erit et adventus Filii homini.r.
Ubicurnque fuerit corpus
:
itlic
congregabuntur et
aquitce.
Sta–
tim
autem
post
tribulationem
dierum illorum .rol ob.rcurabi–
tur
,
et luna non dabit lumen
.rnum
,
et .rtetlce cadent de cce-
lo et virtates cadornm commo–
vebuntur, et time parebit
sig–
num
Filii
hominis
in
ccelo
:
et
tune plangent omnes tribus ter–
ne,
et videbum Filium homi–
nis venientem
in
nubibus cadi
cum virtute multa ,
et
majes–
tate. Et mittet angelos .ruos
cum tuba
,
et 'VOCe magna
;
et
congregabtmt electos ejusd qua–
tuor
ventis
'
a
summis
ca:lo–
rtmi usqr1e
ad
terminas eorum.
Ah
arbore autem fici discite
parabolam: cum jam ramus
ejus
tener
fucrit,
et
folia
nata,
sci–
tis quia
prope
e.rtautus: ita
t
oo.r,
c111n viderit
is
l11ec
om–
rlia .scitofc
quia
prope
est
in
J.mui
s.
A.mmdieo 'Vobis
,
quia
bo desde el principio del mundo
hasta la hora presente , ni la habrá
despue.;:
y
si no se hubiesen dismi–
nuido aquellos dias, no habria que–
dado un solo hombre; pero aquellos
dias se minorarán en atencion de los
elegidos. Entonces si alguno os di–
xere: Mira, aquí está el Cristo,
ó
allí,
no lo creais; porque se levantarán
falsos cristos,
y
falsos profetas ,
y
harán grandes señales y prodigios,
de manera que sean seducid os ( si
es posible) los mismQs elegidos. He
aquí que os lo he predicho. Si os
dixeren, pues, Helo allí en el desier–
to, no salgais: belo aquí dentro de
la casa, no querais creerlo; porque
así como el relámpago sale del Orien–
te,
y
se ve hasta el Occidente , así
será Ja venida del Hijo del hombre.
Donde qu iera que haya un cuerpo,
allí se congregarán tambien las águi–
las.
Y despues de Ja tribulacion de
aquellos dias inmediatamente se obs–
curecerá el sol , y la luna no dará
su luz , y las estrellas se caerán del
cielo,
y
las virtudes de los cielos se
conmoverán ,
y
entonces aparecerá
en
el
cielo la señal del Hijo del hom–
bre,
y
se levantarán entonces todas
las tribus de Ja tierra ,
y
verán al
Hijo
d~l
hombre venir en las nubes
del
cielo
con mucho poder y ma–
gestad :
y
en iará á sus ángeles
con una trompeta
y
una gran voz:
y
congregarán
á
sus elegidos de
las cuatro partes del mundo , des–
de un extremo de los cielos hasta
el ótro ; pero vosotros aprended
esta parábola del árbol de la hi–
gera, cuando su ramo está ya tier–
no, y salen las hojas, sabeis que
está cerca el estío; así tambien
vosotros cuando viéreis todas es–
tas cosas , sabed que ya está cerca–
no á la puerta. Os digo de verdad,
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