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DOMINGO VEINTE Y CUATRO
no vuelva atrás ni aun para tomar su vestido. Estas pa.
labras en el sentido literal denotan el riesgo de aquellos
que no podrán huir en un
tiempo
en que solo podrá sal–
var e el que huyere. Y en el sentido espiritual dan
á
en–
tender la desgracia de aquellos , que estando en vísperas
de ir á comparecer delante de Dios , ya sea cuando se
acerca el juicio particular de cada uno, ya cuando se va ya
acercando el juicio universal , cuando el enemigo de la
salvacion empleará todas sus fuerzas para perderlos, no
tendrán virtud alguna, andarán arrastrando todavía por
tierra sin tener ni aun conocimiento de lo que es la per–
feccion cristiana;
ó
que subidos sobre el techo , esto es,
habiendo hecho algun progreso en la virtud , engañados
ó vencidos por el tentador, baxan
á
volver
á
tomar sus
antiguas costumbres, falrándoles la perseverancia en el
bien que habían comenzado.
V a? autem pra?gnantibus, et nutrientibus
in
illis diebus
!
¡Ay de las mugeres que en aquel tiempo se hallaren pre–
ñadas,
y
de las que estuvieren dando de mamará sús
hijos! Estando á la letra, el Salvador plañe aquí las des–
dichas en que se verán envueltos los judíos durante el si -–
tio de Jerusalen;
y
efectivamente se vió suceder todo
cuanto el Salvador les babia predicho. La desolacion ex–
cedió á cuanto se puede imaginar de mas horroroso. En
el sentido e piritual plañe el Salvador la infelicidad de
aquellas almas tibias , de aquellas almas ftoxas que estan–
do á punto de ir á comparecer en su tribunal , estarán
cercadas, por decirlo así, de buenos de eos: grandes pro–
yectos de conversion, designios entonces inútiles de te–
ner nna vida perfecta; ¡qué peligro aun para aquellos que
no alimentarán sino virtudes recientes ó tan débiles, que
serán incapaces de resistir á la tentaci n
!
Orate
nutem
ut
non fiat fuga vestra in
hyeme,
vel sabbato :
en aquel tiem–
po rogad que no tengais que huir en invierno
ó
en sá–
bado. En el invierno los
dia~
son cortos, los caminos ma–
los, los viages incómodos. Tiempo poco á propó ito para
una huida precipitada. Los judíos creían que no le era
permitido andar mas de una legua el dia de sábado. To–
da estas expresiones -figurada daban á entender que en–
tonce. no sería ya tiempo de evitar los tri tes efectos del
furor divino; era menester haber prevenido estas cala-