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MARTES SEGUNDO
clara que ésta del 'pof].er que tiene la grada sobre ·un co•
razon que no la pone·embarazo? Se puede decir que to–
do _el antiguo Testamertto es una figura del nuevo;
por–
que todo
lq
que está escrito,
dice san Pablo,
está escrito
para nuestra enseñanza
(
Rom.
r 5. ): pocos hechos hay en
la Escritura , que no sean una leccion para nosotros ; po–
cos que no encierren algun misterio. La fe que infunde
Dios
á
esta muger todavía pagana, es la primera y la
mas preciosa recompensa que recibe por su hospitalidad;
y ·este primer tnilagro', ·i de c;,uá.ntos otros milagros fue se–
guido ? La: harina y el aceyte se multiplican en
su~
ma–
nos: su hijo mum:e,
y
Elías lo resucita. ¡Buen
Dios,
cuán–
to pueden con vos una
fe
viva
y
una confianza
á
toda
prueba! Sin embargo, por ,mas que el Hijo de
Dios
nos
declare de una mánera la mas clara, la mas precisa, la
·menos equívoca, que recompen.sará con un cien doblado
· la mas pequeña obra de
-caridad~ ,
la limosna mas ténue;
los ricos son los mas incrédulo,.s sobre este _artículo : los
menos acómodadosison los
mas.. caritativos. Las._JDersonas
pobres parten gustosas con -:-Jesu.cr'isto Jo poco que tiemm
para súbsistir", mientras que las gentes que rebosan en ri–
quezas y en bienes súpérfluos no quieren darle la menor
limosna: ¡cosa por
dérto
extta,qa! Se ven gentes de equi–
pages magníficos,
esplendid~s
en convites, brillantes por
lo que mira ·al fausto y al luxo, que mas bien quieren
mantener caballos • que · dar á los -pobres lo que bastaría
para que no murieran de hambre. Se ven gentes sin fa–
milia,
ó
cuyos herederos son opulentos: gentes, cuyas ren–
tas exceden
á
su gasto ordinario, y ·que sin embargo tie–
nen la mano y la b
olsa cerrada para los pobres necesita–
dos, que quedarían
de.os con
sol~
una parte
~e
su supér–
ftuo. Se ven ricos beneficiados, gentes ricas con el ·patri–
monio de los pobres,
y
que segun el espíritu de la Iglesia
y de los fieles , no son, hablando en rigor, sino .sus ecó–
nomos de sus gruesas rentas; y se, ve
n~gar
á
e~tos
mis–
mos pobres una pequeña porcion
d~
· su-
mis.rna,.1:1erenci~;
y consumir en locas proÍt,lsiones
y
en gastos -iaútiles ;,
lJQ
solo sus propios bienes y los de l_os pobres' sino tam–
bien muchas veces el de los acreedores.
i
Y nos pasmamos
despues de esto de que se vean tantas calamidades, tan
poca religi<?n, tantos desórd,enes en este
siglo~
_