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VIERNES SEGUNDO
os viere perfectamente glorificado; ó segun otra vers.ion,
cuando me introduciéreis en vuestra gloria. Así acaba Da–
vid este salmo, que compuso durante la cruel persecucion
de Saul, y tiene por título:
oracion de David,
porque es–
te Profeta ora en él á Dios con una confianza y fervor
particular; y es un modelo de una perfecta
oracion~
Da–
vid se queja vivamente en él de la injusticia de sus per–
seguidores, y de las calumnias que se le imputan; y co–
rno está seguro de su inocencia, a pela al soberano Juez,
y lo pone por testigo de la rectitud de su corazon y de
sus intenciones. Esta oracion conviene perfectamente á
Jesucristo, calumniado y perseguido cruelmente por los
judíos sin embargo de los muchos beneficios que les ha–
bia hecho,
y
de la evidencia de su inotencia. Conviene
sobre todo al oficio de este día, que nos representa tam–
·bien baxo dos figuras al Hijo de Dios maltratado y des–
echado por los hombres, á quienes había sido enviado por
el Padre Eterno. La una de estas figuras se ha tomado
del Génesis, de la persona de José, hijo predilecto del
patriarca Jacob, enviado
á.
sus hermanos,
y
vendido por
éllos
á
los gitanos: la ótra es del evangelio, dende se cuen–
ta la parábola de un padre de familias, que habiendo en–
viado su propio hijo
y
heredero de su reyno á s11s va–
sallos rebeldes, lo_vió todavía mas maltratado por
éllo~
que lo habian sido lps criados
y
ministros que les habia
enviado de antemano para ponerlos en órden
y
reducir–
los á su obediencia. La historia de José, figura de Jesu–
cristo, es la materia de la epístola .de este día.
José , hijo de J acob y de Raquel, el mas joven de sus
hijos, fue entre todos sus hermanos el mas amado de su
padre, no solo porque lo babia tenido en su vejez, y por–
que era el mas. hermos9 y mas bien
hecho
de todos sus
hijos, sino mas especialmente po1i,su modestia,. por su afa–
bilidad,
y
por su cordura muy superior á su edad. Esta
predileccion excitó conrra él los zelos
y
el ódio de sus
hermanos, el que se aumentó con motivo de ciertos sue–
ños que José les contó en presencia de su padre,
y
de
una ' rúnica que el santo Viejo le había hecho de lino fino
de varios colores, los que jamás babia hecho con ninguno
de suS, hermanos'. Había soñado José, que atando con
éllos unos haces en el tiempo de la siega, su haz se man-