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DE CUARESMA.
los. Tener contínuamente delante de los ojos la vanidad,
y
la poca duracion de todo lo que nos apartó de Dios,
las dulzuras inefables que hubiéramos hallado en su ser–
vicio, las penas reales que se han pasado
y
padecido para
condenarse, la diferencia infinita de las que nos habrán
esp:intado para no abrazar la virtud,
y
las que se sufren
enmedio de aquellas llamas, la diferencia entre la du–
racion imperceptible de ciertos insípidos placeres crimi–
nales ,
y
la duracion eterna de las penas que les siguen :
tener eternamente delante el pensamiento de aquella es–
pantosa eternidad, sin poder apartar un solo' momento
de nuestro espíritu este pensamiento. ¡Qué
s~1 plicio,
buen
Dios! ¡qué rabia! ¡qué desesperacion
!
i
Lo compreado
bien? Y si lo comprendo,
i
cómo puedo hallar gusto en los
placeres?
i
cómo puedo vivir un instante en pecado?
i
có–
mo puedo diferir un momento la
penitencia~
PU N
TO SEGUNDO.
Considera que un condenado habrá padecido en aque–
llas prisiones de fuego una extension
incomprensible
de tiempo;
y
sin embargo, no habrá pasado un instante,
por decirlo así, de la eternidad. El tiempo habrá arrui–
n~do
las casas que hubieres edificado: habrá destrui do las
C1Udades que te habrán visto nacer .: habrá trastornado
los estados en que habrás vivido: el fin de los siglos ha–
b rá sepultado todo el universo en sus propias cenizas: ha–
brán pasado desde el fin del mundo tantos millones de
siglos, como momentos ha durado el mundo;
y
no ha–
brá pasado nada de esta eternidad espantosa. Despues de
todas estas revoluciones de siglos
y
de millones de s.iglos:
despuesde esta duracion inmensaé inconceptiblede tiempo
que en el entendimiento se pierde; si estás condenado, ten–
d rás tanto que ufrir como tenias en el primer momen–
to que
fui
te arrojado á aquellas llamas. ¡Eternidad, eter–
nidad, incomprensible eternidad!
i
quién puede creer–
te
y
vivir un solo momento en pecado?
z
y dilatar me–
dio día un solo momento la penitencia? ·
Y
despues de es–
to, se tiene por un acto muy heróico el que un prínc ipe
baxe del trono para ir á sepultarse en un desierto, ó qu
dexe su palacio para pasar sus días en el claustro. E s un
Tom. JI.
E