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SÁBADO PRIMERO
mio, hago consistir toda mi felicidad en estar inseparable-
11 1ente unido con vos.
1
JACULATORIAS.
.AdhtPsit anima mea post te
:
me suscepit dextera tua.
Salm
62.
•
'.Mi alma, Señor, se une con,vos; vuestra mano me protege
y
defiende.
.Adhcerere Deo bonum est: ponere in Domino Deo spem,
mearn.
Salm.
72.
Conozco,
Dios
mio, que toda mi felicidad consiste en unir–
me
y
estar con vos,
y
en poner en vos toda mi espe-
ranza.
·
P R O P O S 1 T O S.!;
r Pasma el que confesando
y
conociendo, que los
bienes criados, las honras
y
los deleytes no pueden hacer
dichoso
á
un hombre sobre la tierra, no se b4sque otro
principio de felicidad;
ó
que habiéndole encontrado, no se
fixe en él la ambician, los deseos
y
la fortuna. Este esta–
do tan dichoso,
y
solo· capaz de hacer dichosos sobre la
tierra
á
los hombres, es el estado de un verdadero cristia–
no, que guarda los mandamientos de la ley de Dios, que
es verdadero discípulo de Je ucristo,
y
que arregla su con–
ducta st:?gun las máximas del evangelio. No tengas otro
.deseo, ni otra am.bicion que la de fixarte en este estado.
Nuestra felicidad, por decirlo así, de,Pende de nosotros;
pues no está sino en nosotros el que no seamos tales co–
mo debemos ser.
Per~uádete,
que esta ciencia solo se apren–
de en la escuela de Jesucristo; asiste con aplicacion
y
con
frecuencia á esta escuela. No hay dichosos fuera del ser–
vicio
de Jesucristo; no tengas otro maestro. Propon firme–
mente seguirle
1
escucharle
y
obedecerle. Sé fiel discípulo
suyo,
y
no podrás dexar de ser diChoso.
2
Toda la magestad de Jesucristo se encuentra en la
divina
Eucaristía~
en la cual está como transfigurado, ba–
xo de las apariencias de pan, de un modo,
á
la verdad,
diferente que en
el
Tabor; pero lo está tan realmente co–
mo en aquel monte. Allí solo se hallaron los tres apósto-