,
74
SECU DO VIER
ES
mente de quienes b bl ba Je u Chri to):
seréi
1 luz
el
e
ugdio,
la que erá lle ad á
l
ntile ,
qu
d· do la m go
a
t!nter · mc:ati: de. truida. E to biene'
pirnuale que
y
tenia
i1
t
n
· ron
dt! derram r obre v o·
tro , . rán trau portad
á
OlI
os mas
agra~
ido
y
mas
fie ..c .Finalm
n
tt!,ala
·ab r
d S
lvadore
te 1mportant ra·
z n mi
o·t ,
le
d.ixe n un tono de mae tro:
bed qu
el
q
e
ye re obre
et
picd r
e estrellará; quiere
de
ir, que
Jo que .o tinuaren en
m
n pr
darme,
y
rehu ar n
r
o·
nocerm por
l
que oy; e o es¡>frit\Js incrédulo
y
orgullo·
so , para quiene mi cruz
erá
un
escándalo,
y
mi
doctri·
na una necedad: esos
hombres que
no
tendrán
otro e
pfri·
tu que el dtl mundo,
y
que gritarin contra mf en u ce–
gueJad ,
e esLiellará.n
y
e perderán, erán reprobado :
y
esta mi ma piedra moleri
á
aquellos sobr quiene
caer~;
es
á
a
, en el juicio final , quando mi brazo omnipoten–
te de carg rá us golpes obre todos lo pecadore ,
y
les
hará enur
w
o
el
p
o de mi indignacion
y
de mi enojo.
1'10
on solo
lo judíos
con quienes habla esta parábola : no
ha
y
uno
de no otros que no pueda
hallar
en ella un fondo
de in trucciones aludable ,
y
un motivo de confusion.
To–
dos noso ro
tenemos una viña, por decirlo así, que
culti·
var; e
rae.
nue tra alma. Dio! la ha pue to por el bauti -
mo en
tado d llevar mucho fruto con el tiempo:
¡quan–
to
o orro
n lo
sacram~nto
, en lo exercicio de devo–
cion, en la oracioo
!
Jama nos han faltado la
in truccio–
ne .
Di
n s ha
olvidado
de enviarnos us criada :
¡quan·
to z o o
predicador
s
!
¡
quantos sabios
y
santos directo·
r
!
¡quanta in piraciooe viva
y
fuerte
!
¡quancas Jeccio–
ne
lud ble en lo libros devotos
y
en
los
buenn
exem–
plo
!
To o
to e ha de preciado
y
e ha hecho inútil
t'rni–
cam~ore
por nuestra malicia. El mismo Je ucri ro ha veni–
do r alm nce
á
no
otros
~n
la eucaristía=
t
pero ha sido mas
bi
o r
cibido
que lo
fué
de los judío
~
i
Por quantas comu–
nio
e sacrileg
no ha vi
co
renovar en
este
adorable
sa–
cramento
lo
oprobio
de su
pa
ion
y
las
ignominia de su
muerte~
Temamo que cansado Dios de sufrir nuestra
in–
fij
bd des, y
j
tamente irritado contra nosotro ,
oos re–
prueb ,
y
dé á ocro mas
a~radecidos
y
mas
fiele~
la
recom·
pens
y
los bi ne
e~piritua:es
que h bia destinado para no–
sotros.
La