NOVIEMBRE. DIA XXVH.
425
~abiendo
muY: bien que Dios era un buen pastor,
que
amaba:}
todas sus ovejas! Era un salvador que derramó su sangr.e
por todas ellas. que aquel criador fué el mejor de todos
los
padres , y como tal no les negó la mas mínima cosa de las
que
le~
pertenecian por su herencia : que a-péqas los echó
al mundo quando los puso en las manos todos los bienes
1
que les tocaban: que no hubo siquiera uno, que no recibie–
se algunos talentos para que negociase con ellos, merecien–
do la salvacion, que
en
los adultos solo se concede
a
título
de salario
y
de recompensa. Condenáron e porque n.o qui–
siéron escuchar la voz de aquel buen pa tor : porgue se
sa1iéron del aprisco,
y
no qui iéron volver
a
él. Será cul–
pa del pastor si fuéron despedazadas las ovejas?
Qué motivo pudo haber para dexar la casa del mejor
de todos los padres,
y
para no
qu rer
acomodarse
a
sus
leyes! Qué mayor extravagancia que haberse fa stidiado de
una vida uniforme
y
arreglada ? Sacúdese el yugo de la ley:
cansa la subordinacion y la dependencia : quiére$e vivir
al antojo de sus deseos: no qu ie re Dios violentarnos,
ó
porque no le agrada una servidumbre forzada, ó porq
e
en cierta manera respeta la
liber tad
que
él
mis~o
nos con–
cedió.
E
e
infeliz pródigo ,
distan
te
ya de
la
casa de su
buen padre , muy en breve encuentra su desdieha en su ,,
propia libertad. No hay réprobo que no sea el artífice de
su condenacion. Buen Dios! qué dolor! qué despecho el de–
berse uno
a
sí mismo
su
eterna perdicion
!
PUNTO SEG U
N
DO.
'
'
'
l
, c0n5idera
que no
ha
y
Santo
en
el cielo
que no conoz-
a , que no esté plenamente convencido
de
que su ,
sal vacion únicamente la debe
a
la sangre'
a
los méritos,
y a
la gracia de Jesu-Christo. Qué afectos serán los suyos
de amor, de reconocimiento
y
de alabanzas
et
la bondad
de aquel divino Sal vador! No hay en el infierno condena–
do que
no esté igualmente convencido de que este mismo,
divino Salvador j amas le negó su gracia;
y ·
que él solo,
por su propia malicia, no quiso seguir aquella saludable.
1
inspiracion , obedecer aquel precepto, privarse de aquel
fal o gu to que le habia de cansar la muerte : caminar por el
camino
esaecho
que lleva los
hombres
a
la vida. Qué afectos
de ·
.,,