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AÑO CHRISTIÁNO.
'
~
1
nio la pasion porque el corazon se puso de intelige'ncia
con ella.
Ah!
y
qué ' de otra manera se viviria
si se
-pen–
sara con freqüertda en esta importante verdad! Medítala
continuamente:
y
quando sea mas violent a la tentacion,
quando la pasion esté mas viva, pregúntate
a
ti mismo:
quiero condenarme? Pues bien puedo darme este gusto;
pero el fruto de esta pecaminosa condescendencia será el
infierno , será mi eterna condenacion. Si
ine
determino li–
bremente
a
pecar , libremente acepto el ser condenado
, para siempre. No hay argumento mas justo, ni conseqüen-
cia
mas legítima
que
esta consegüencia.
,
2
Has de considerar todo pecado grave como cierta
' especie de derecho particular que -adquieres para tu te–
probadon, como un título legítimo que te asegura tu eter–
na infelicidad. De quánras piadosas industrias se valiéron
los Santos para imprimir en sus corazones esta imp,ortan–
te leccion
!
Unos escribían esta sentencia para tenerla siem.:.
pre
a
la vista_en las mas fuertes tentaciones:
Si
consien~
to éste pecado, consiento en ser condenado.
Otros aplican–
do
a
la llama los dedos
ó
la mano , se preguntaban si po–
drian habitar por toda
la
eternidad en el fuego · del in–
fierao
~
Otros ; en
fin , se
hadan familiares
a
sí
mismos
este importante pensamiento :
Mi salvar;ion será obra de
mi Señor Jesu-Christo; pero mi condenacion será obra de
mis .manos si tengo la desgracia de perderme.
'
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DIA VEINTE Y OCHO. /
/
San Estéban el mozo, solitario
·y
mártir..
N
A~ió
Estéban
en
Const~ntinopla,
imperando Anasta-
-
s1011, llamado Artem10;
y
aunque sus padres
fué-
ron bastantemente ricos , los faltaba mucho para que lle–
gase su caudal adonde querian ·que llegasen sus limosnas,
siendo mayor su corazon que sus facultades. Luego
que
el niño Estéban llegó
a
edad proporcionáda , se dedicó
al
es~udio
con extraordinaria aplicacion ; pero con tanta
/·
especialidad al de la
sagrada
Escritura , que
la
decoró
per-:_
,