DEVOTOS.
porque
el
nombre tierno de Madre no hiciese mayór
Dia XXVII.
5U
dolor. Muger, la dixo, 'he ahí
á
tu hijo; señalan-
do
á
San Juan con la lengua y con los ojos , que
eran las solas partes del cuerpo de que no se le ha-
bia podido quitar el uso. Ese es el que yo substitú-
yo en mi lugar, para
qu~
haga contigo todos los
0ficios de hijo. Luego, echando una ojeada sobre el
discípulo,
y
señalandole en el modo que podía
á
su
Madre , le dixo: ahí tienes
á
tu Madre ; hónrala
y
sírvela como
á
tu querida
Madr~.
Con estas palabras
dió el Salvador
á
la Santísima Virgen un corazon de
Madre para con San Juan , y
á
San Juan
un
corazon
de hijo para con la Santísima Vi rgen; y así desde
aquel tiempo este hijo de
María
no quiso que esta
Señora tuviese otra casa que la suya , y él tuvo cui-
da-do de mantenerla.
~Podia
el Hijo de Dios distin-
guir
á
su, amado Discípulo
~e
qna manera mas hon-
rosa, ni mas
ventajosa~
Este favor.único hace decir al
Beato Pedro Damiano, que nin'guno parece es supe-
rior en méritos á aquél , que por una gloria y una
prerogativa especialfue hecho hermanodetSalvador.
San Juan
no
se apartó de la .Cruz hasta que Jesu–
Christo espiró. Víó atravesar el costado de Jesu–
Christo
con una lanza despues de su muerte; y
yió
sa·
lir
de
ella
sangre
y
agua ' como él
mismo
!o tes- .
tifica. Sería-preciso
conocer
qual era la medida del
ardiente amor del amado Discípulo, para comprehen–
der quan grande fue el do lor
y
la afliccion que tuvo,
al ver espirar al Salvador en la Cruz, y sien o
testi~
go de lo que padecia su divina Madre en el Calva–
rio. Esto fue lo que hizo decir
á
San Chrisósté>mo,
9.UeSan Juan
fue l\'lártir
mas de una
vez:
Muftóties
K:k3
,
Mar-.