DEVOTOS.
5r9
ta respuesta
dió
motivo
á
los otros .discípulos
para
Dia XXVII.
creer, que Juan no habia de morir; pero Jesu-Chris-
to les dió
á
entender que no comprehendian el senti...
do
de
sus palabras.
Poco despues de la venida del Espíritu Santo,
yendo al Templo San Pedro
y
San Juan, curaron
á
la puerta
á
un coxo , que desde su nacimiento tenia
embarazado
el
uso
y
movimiento de sus miembros.
El
ruido que hizo este milagro , dió motivo
·á
que
los pusieran en la cárcel' donde fueron examinados;
pero su respuesta constante
y
animosa hizo ver cla–
rament~
, que solo Dios había podido hacer tan in–
trépidos
y
eloqüentes
á
unos pobres pescadores.
Du–
ra nte la persecucion que se siguió
á
la muerte de San
Esteban , los Apóstoles que se habian quedado en
Jerusalén, noticiosos de los progresos que hacía la
fe en la Ciudé\d de Samária, enviaron al punto allá
á
S.
Pedro
y
á
S. Juan; los que imponiendo las manos
sobre los nuevos Fieles, hacían baxar sobre ellos el
Espíritu Santo , confiriendoles con esta imposicion
de las manos el Sacramento de
la
Confirmacion. Es–
tos dos grandes Apóstoles predicaron la fe en diver..
.sos lugares de aquellos alrededores ,
y
ha
biendose
vuelto
á
Jerusalén, pusieron por Obispo de es.ta Ciu–
dad
á
Santiago el menor, llamado el Justo. Nuestro
Santo asistió despues al Concilio de Jerusalén , don–
de pareció, dice San Pablo , como una de las colum..
nas de la Iglesia.
Entre los Apóstoles fue San Juan uno de los
úl–
timos que dexaron laJudéa, para irá llevar el Evan–
gelio
á
las Naciones ; fue
á
predicar
á
los Partos ,
á
quienes pretende
San
Agustin
haber
dirigido
su pri-
Kk 4
me..