DE VOTOS.
5or
los
Patriarcas
se
habian santificado , h ab iendose
jus- Dia
Xli.v[º
tificado po
la fe. Que por lo demás todos los es-
fuerzos de los hombres no eran capáces de impe-
dir los designios de Dios,
y
que así nada consegui-
rian los J udíos con oponerse
á
la
predicacion del
Evangelio. Al llegar
aquí,
animado d
un
nuevo ze-
lo ,
y
mudando repentinamente de lenguage , les
di-
:xo : Gentes indóciles
é
incircuncisas de corazon y
de
oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo..
Lo que hicieron vuestros padres , eso haceis vosotros
tambien.
z.
Qué Profeta
ha
habido
á
quie.n
no persi-
guiesen vuestros padres'? ellos hicieron morir aún
á
aquellos que les anunciaban la venida del Justo,
que
vosotros acabais de entregar
y
hacer morir. Habeis
recibido la Ley por
el
ministerio de los Angeles,
y /
no la habeís guardado.
Al decir estas palabras,tue repentinamente inter..
rumpido por la gritería del pueblo, que oyendo este
discurso, no cabían en si mismos de rabia
y
de des–
pecho , el que les hacía crugir los dientes,
y
rechinar
contra él. Pero el Santo, armado de
fe,
y
lleno del
Espíritu Santo , permanecia firme
y
constante;
y
mientras sus enemigos disponían darle la muerte, te–
nia
fixos los
ojos en el Cielo. Estando en esta postu–
ra~
vió sensiblemente con los ojos del espíritu y del
cuerpo
nna
admirable claridad , que representaba la
gloria de Dios,
y
á
la diestra del mismo Dios
á
Jesu–
Christo en pie, que con su presencia le alentaba
al
e
mba te,
y
le prometía
la
corona.
Lleno
de
un indecible gozo,
y
no
pudiendo
con...
tener sus transportes , exclamó
al
punto : Veo
los
Cielos abiertos,
y
al Hijo del hombre
(\Il
pie
á
la díes,..
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