D'EVOTOS.
, ·
1Iódi~
scii!tis, quia véniet Dóminus
&
salvábit
'VOS,
canta la Iglesia en el lnvitatorio y en el Introito
de la Misa de este dia,
&
rnane
vidébitis glóriam
ejus:
hoy sabréis qt1e vendrá el Señor y os salvará,
y
por la mañana veréis su gloria. Estas palabras tan
llenas de consuelo, las ha tomado la Iglesia del Exo–
do. Pueblo de Judéa y de Jerusalén, no gima is ya por
vuestro destierro , cesen vuestros lloros y vuestros
sustos; mañana tendréis un Salvador, que os sacará
de esta triste region del llanto :
J-udcea
&
J-erúsa–
Jem,
noHte timere:
eras
egrediémini~
&
Dóminus
erit
vobíscum:
alegráos, pueblos del Universo, porque
la
iniquidad que inunda toda la tierra , se debe bor–
rar mañana, por el Nacimiento del Salvador del mun ...
do, que viene á reynar sobre nosotros:
Crástina die
de!ébitur
iníquitas
terree,
&
regnábit
super
nos
Sa!–
v átor
mundi.
¡Qué dicha, buen
Dios,
y qué
gozo!D óminus véniet
,
el Señor vendrá en persona ;
salid.leal encuentro , diciendo: Dio:5 todo poderoso , Prín–
cipe de la paz, soberano Señor del Cielo y de la
Tier–
ra, cuyo supremo poder, y cuy reyno no tendrá ja–
más fin , eomo tampoco ha tenido principio :
Occúr–
rite, dicéntes: magnu.m princípium,
&
regni ejus
non erz"t
finis: Deus, Fortis,
&
Dominátor
,·
Prín–
ceps pacis.
Hasta aqui es la Iglesia la que habla en el
Oficio de este dia. Finalmente, consoláos, porque la
dilacion no es grande:
Crástina erit 'vobis salus, di–
cit
D ó1'ninus
exercítuum:
Mañana
í,
mañana seréis
.salvos; el Señor
es
quien lo dice ; el Dios de los
-€xércitos os
lo
promete.
Como el dia , segun el lenguage de la Escritura,
empieza desde
la
tarde que le precede:
f
aaum
est
'Vés-
Dia XXIV.
I