DEVOTOS.
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Géntibus
pro
nómine ejus,
in
quibus e
stis
&
vos
'VO-
cáti, ]esu Cbristi'Dómi-
DiaXXIV.
ni nostri.
NOTA.
,,Estando San ·Pablo en Corinto , donde se de–
" tuvo tres meses, escríbi_ó .esta admirable Carta
á
,,los Romanos el año 58 de Jesu-Christo; segl!n la
,,costumbre de aquel tiempo, pone el Apóstol
á
la
"'cabeza de su Carta su nombre
-y
sus calidades, to–
" das las quales las reduce
á
la de -Siervo
de
Jesu~
,,christo
y
Apóstol suyo.
REFLEXIONES..
P
Ablo, síervo de J-esu-Christo.
Y
4
era tiempo
que Roma supiese reconocer
y
respetar
otro~
títulos, que los que únicamente se fundan en las ven–
tajas de la naturaleza,
y
en la grandeza humana. Pa
04
blo, siervo de Jesu-Christo; esta es la primera ,cali–
dad de que se gloría el Maes.tro de los Gentiles; c·ali–
dad augusta
y
preferible al honor mismo del
santo
ministeri , el que sin la humildad
y
sin la fidelidad
de un verdadero siervo , solo contribuye
á
la
ignómi–
nia
y
á
la p rdicion del Predicador, del Pastór, del
Apóstol. Calidad
que
debe
preferirse
á todos
esos
tí~
tulos po pósos
y
relumbrantes de Grande, de Prín–
cipe, de Monarca; pues
á
la hora de la muerte todos
estos grandes nombres quedan vacíos ,
y
todos se
desvanecen en el sepulcro. La calidad de siervo de
Dios es la sola que ennoblece, es el solo título
que
da derecho para reynar eternamente en elCielo. ¡Qué
Gg
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con-