DEVOTOS.
441
nitencia:
El
primer don que Dios dispensa al alma, Dia XXII.
es su gracia , con la
4']_Ual
se puede todo ; el segun-
do es su amor ,
y
el amor hace que todo sea fácil
y
agradable. El tereero es una confianza entera,
y
como una seguridad de la salvacion, fundada siem-
pre en la bondad de Dios, de la que tiene pruebas
tan seBsibles,
y
la que no permite que
se
dude de ella;
y
aunque todo esto esté mezclado con un temor sa-
ludable, este temor en nada se altera. Considera quan...
tos manantiales abundantes de -consuelos
y
de gozo
tienes en la virtud. ¡Pero qué dulzuras las que -corren
de estos manantiales! la paz del alma,la tranquilidad
del corazen , la sumision de las pasioLJes , el dulce
testimonio de
la
propia conciencia. ¡Buen Dios, qué
abundancia de consuelos no· derramais en
el
alma de
vuestros siervos! adversidades, cruces, enfermeda-
des, revéses de fortuna , accidentes no esperados,
desgracias, vosotras perdeis toda vuestra amargura,
quando encontrais con un corazon puro, con un co-
razon abrasado en el amor de
Dio
;el pensamiento de
la
muerte, la muerte misma no puede menos de llenar
de gozo
á
una alma fiel. ¡Oh Señor!
¡y
quánta verdad
es, que vuestro yugo es suave
y
ligern
!
haced, Señor,
que yo tenga la dicha de experimentarlo en
mí
mismo.
JACULATORIAS PARA ENTRE EL DiA._
jQuam magna
multit~1do
dulcédinis tute,
Dómine,
quam abscondísti timéntibus te!
Salm.
30.
¡Qué
abundancia de dulzuras no reservais, Señor,
para los que os temen y os
ama~!.
Dichoso
aquel que lo experimenta.
Gus-