DEVOTOS.
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dexab·a una muger sin amparo , y dos hijas jóvenes, Dia XXU.
ex:puestas
á
la persecucion de un Juez impío , las
abandonó con val r, á los cuidados de la providencia
divina, y no dudó que su suplicio 1 s alcanzaría del
Cielo todos los auxilios y ·bendiciones necesarias pa-
ra permanecer constantes en
la
fe, como el suceso lo
hizo bien pronto ver en estas dos ilustres Mártires.
Su mansion en el lugar de su destierro no fue
larga ; pero fue santa. Sufrió todo lo que la dureza
del Juez Y·la crueldad de los P·aganos pudieron in–
ventar para hacerle penosa
y
desagradable su habi–
tacion. Su mayor, ó por mejor decir, su
ú
ica
ocupa~
cion fue la aracion; pasaba en ella dia y no.che;
y
en este exercicio le coronó Dios con la gloria y
el
mérito del marqrio. Como murió de las miserias que
padeció en su destierro, ha sido mirado en la Igle–
sia como un glorioso Mártir de
J
esu-Christo; así co–
mo otros muchos que no perdieron la vida con
el
hierro· ni con el fuego, los quales no dexan por eso
de ser honrados como Mártires en la Iglesia.
La Misa en honra de este Santo es del comun de Már..
tires,
y
Ja Oracion
la
siguiente;
P
Rtesta, qUtesumus
omnípotens Deus:
ttt
qui
b11ati Ftaviani
rnártyris tui natalítia có--
limus, intercessióne ejus
in tui nóminis
amóre
ro–
borémur.
Per Dóminum
nostrum, &c.
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Ha·