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EXERCICIOS
Diciembre. que se tendria por sumamente dichoso, si Dios se
dignaba aceptar su sacrificio ; quanto mas le instaba
Aproniano, unas veces con promesas, otras con ame..
nazas,
á
conformarse c0n la voluntad
y
órdenes del
Emperador , tanto mas constante se mostraba nues–
tr0
Santo. Queriendo el Juez impío dar gusto al Em–
perador, dió orden para que Flaviano fuese degrada–
do de su nobl eza
y
de todas las insignias de su dig–
nidad,
y
que fuese tratado como el mas vil esclavo.
Uno de los suplicios mas ignominiosos entre los
Romanos , era el ser marcados en la frente 'con un
hierro hecho asqua, como se praB:icaba con los mas
infames faci nerosos; y este suplicio tan infamatorio
se
le hizo sufrirá este venerable
Ex-Pre~
éto. Fue,
pues, marcado en la frente ; y aunque el tormento era
dolorQso,
y
muy sensible para un hombre de b-ien,
San Flaviano le sufría con alegría, y recibió esta
afrenta como la mayor honra que había recibido en
toda su vida. No paró en esto Aproniano; hubiera
deseado hacerle perder la vida en un cadahalso; pero
sabiendo que nuestro Santo era universalmente ama–
do
y
est imado
en
Roma, temió una sedicion ;
y
así
se
contentó con condenarle á un destierro perpétoo,
confiscandole todos.
s
bienes , sin dexarle ni aún lo
preciso para vivir;
fue,
pues, desterrado al lugar,
llamado Aguas del Toro, que al presente se llama
Aqua-pendente, con orden
á
las Guardias de usar
con él todos los malos tratamientos imaginables, pa–
ra hacerle morir de pura miseria .
El destierro por Jesu-Christo colmó
á
nuestro
Santo de gozo , previendo desde luego que era el
camino para llegará la gloria del martirio. Aunque
de..