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4{j)3
riendo
el
Abad
de
S. Millán·hwcer prúelYa!de
1
su
o&e..·· DiáXX:.
diencia ., le nombró Superior del Monasterio-de San-
ta Maria de Cañas, cargo que admitió sin
repugn~n-
cia, aunque preveía las.penalidades
y
molestias que•
le había de acarrear
el
nuevo empleo , ··por estar
el1
Monasterio de Cañas arruinadb , sin hacienda , sin
provisiones
y
sin menage
de~ casa.
Apenas se
vió
en
posesion de
su
nuevo empleo , quando
hacie~dose
cargo de la .escaséz del Monast'erio,
se
ocupaba
en
compañia de sus súbditos, en trabajar de manús para·
ganar la comida, sin que por esto
se
relaxáse
un pun..
to la observancia religiosa'; hasta que compadecido·
el Señor de los trabajos de su fiel Siervo , despertó
los corazones de muchas personas virtuosas ,que des-
de remotas tierras vinieron
á
visitarle , atraídas de
.l~
fama de sus virtudes, las quales viendo la pobreza
del Monasterio, se portaron tan liberales con él, que
con sus limosnas en menos de dos años se r.estauró
o
•
el Monasterio, se lévantó el Olaustro' ,
.se
a~abó
la
Iglesia, se alhajaron las oficinas,
y
se enriqueció de
ornamentos el Templo, el que..consagró el Obispo de
Náxera, Sancho,
Abad
que babia sido de San
Mi–
llán ,
y
amigo íntimo de nuestro Santo.
Un
prodigio
que obró Dios en la persona del Obispo , aumentó
la veneracion que tenian todos
á
-Santo Domingo.
Viendo
el
Obispo
que
·andaban dos mugeres por el
Monasterio de
Cañas ,
como
de casa, creyó
que no se
observaba en él la disciplina regular,. como era ra–
zon, se lo echó
en
cara
á
nuestro Santo,
y
aunque
és..
te le
dix~
que aquellas ruugeres eran su madre
y
her–
mana,entrambas dé costumbres irrept ehensibles,
que
ha
bian
ido
á
CQlll.~{ler
la
comida·
á
los
huespedes,
se
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re~