:J74
E
XE RCICIOS
ll1Hembr,.e.
que este
h0rror
sea muy" vivó. Ten- horror
·á·
la
sola
sombra
del
pecado. Qua'ndá vas
á
decir,
6
á
hacer
.Jtguna
cosa, piensa ante todas cosas, si hay pecado
ért
ello. Vive con una extrema deUcadeza de concien–
dia.,
nd
a~aibando
jamáSi tu nracion
cle
por'la
maíiíana~
sin protestarle
á
Dios el horror que tienes al pecadoí
y
peliirle· g-rada para no cometerle. ·
No te
~ontentes
con tener tú este horror vivo.
yts·~nsible
8·1
~
pe«ado ; pnorura inspirarle. tambien
á–
tu familia. Desde que tus hijos empiezan á.tener
co..–
nocímienco,
no
dexes
de
inspirarles freqüentemente
este .hon:or aEpecado; diles
á
menudo, como la Rey–
na Doifa Blanca
á
San Luis : hijo mio, aunque es
muy gránde la ternura: con que te amo ,
· an~es.,qui
siera verte muerto que. en pecado mortal. Haz mu–
chas veces ésta oracion,
y
enseñala,
á
tus hijo1?: Con...
cededme, Dios de pureza,
la
gracia de velar con
tanto cuidado ,
y
de orar con tan grande e:ficácia,
que el tentador no consiga jamás ventaja alguna so–
bre mí. Haced
que
me alexe tanto de todas las oca–
siones de pecar ,
y
que
conciba tan grande horror
á
todo lo que puede
manchar
jni
alma ,
que
ninguna
cosa sea
ca
páz de hacerme caer jamás en pecado ,
ni
perder vuestra amistad
y
gracia.
DIA .