DEVOTOS.
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esté para
1a
seduccion , sea seducido
y
engañaoo; pero
Dia XL
en las malas
~ompañias
la relaxacion, la indevocion,
la
impiedad misma entran en
el
alma por los ojos
y
por los oídos ;
y
aunque fuera uno un santo hecho de
milag ro , saldría siempre de
ellas,
.como vemos, me-
nos devoto. ¡Quántas gentes deben su condenacion
á
las malas compañías! ¡Qué otro es el origen de la ma-
yor parte de las desdichas de la gente joven! ¡Quántos
malos sucesos , quánros accidentes adversos no reco-
nocen otro principio qÚe las malas
compañías!~
Todo
es contagioso en ellas. ¡Qué horror , qué aversion no
debiera tener un hombre de honor ; ún hombre de
buen juicio
á
una concurrencia, donde no se encuen-
tra persona,
á
quien no se deba mirar con un sumo
desprecio! ¡Qué mal no hacen estas pestes de las ca-
sas religiosas, quando se introducen hasta en aque-
llas Comunidades, que por sí mismas son el asílo de
la
virtud! Como los imperfeétos
y
los inobservantes
son siempre más osados, mas desvergonzados, mas
insolente$ ; no o'miten diligencia alguna para ganará
aquellas jóvenes ralmas ºnocerite.sr, que no se rezelan
ni temen el lazo que se lais pone. Adulaciónes , ala..
banzas , dones ; 'de todo esto se valen para engrosar
su
perniciosa
corinpañia. ?;Con
qué altanería dogma_.
tízan~
z,
Qué
mofa,
cqué
burla no
hacen.dela
reg:m-
lari'dad
de
los fervorosos ·, del zelo·mismo
de
los
Su-·
periores , ·de las menudencias de las Reglas
~
Las
murmuraciones ; las detracciones, las calumnias son
el
lenguage ordinario de estas s@ciedades poco ob–
~ervantes
y
nada religiosas.
~Y
nos pasmarémos
de ;
.
,
'
que tantas personas Jovenes se encuentren perver-
tidas, casi antes de haber
advertido el lazo
1
Di-