EXERCICIOS
D i iembre. siempre algo de asqueroso quando se presenta
á
nues–
tros -ojos; pero los libros le presentan siempre al espí–
r itu
y
al corazon, tan suave, tan bello , bax de unos
caraétc'.!res tan artificiosos, que no es posible defen–
derse de él ; quizá no tiene el demonio artificio mas
efi cáz para perder las almas, que estos libros envene–
nados. Pocas personas hay que no hayan naufragado
en este escollo;
~y
qué, no hay en el mundo y en
nosotros mismos, bastantes enemigos de nu stra sal–
vaci n , sin que vamos
á
buscar otros en los libros'?
¡Quántos ardídes, quántos art ificios
á
un mismo tiem–
po! Al principio no es mas que curiosidad; ésta farni –
liaríza con el vicio un corazon ,
á
quien el delito in–
quietaría y asustaría desde luecro ;
á
la curiosidad se
s igue el gusto;
é
insensiblemente se halla preso el co–
r azon. Los
bu~ nos
libros cor'1
ie~L~
muchas
g ....
nt s;
1 s malos libros pervierten mas. Dar un libro malo,
es dar un veneno.
i
Quántos se deshacen de un libro
malo , por hacer malas
á
un sin número de personas!
Et Evangelío es del capítulo
2+
de S. Matéo.
TN
illo t émpore,dixit Jesus discípulis suis: Vigildte
1
ergo,quia nescl'tis
qud
horaDóminus vesterventú–
rius sit. I lludautern scitote, quoniam
si
scirct paterfa–
miliasqudhoráfurventúrusesset,vigiiaret útique,
&
non síneretpérfodi domumsuam.
Ideo
&
vos estóte pa–
r at i : quia
qud
nescz"tis hora Fílius hórninis ventúrus
est. Qais, put as, estfidélis servus,
&
prudens, quem
constftuit dóniinus suus super f amíliam suam, ut det
i/Jis cibumintémpore'? Bedtus ille servus,quem cum vé–
n rit dóminus ej us, invénerit sic fa ciéntem. Amen dieo
'lJObis, quóniam
super
ómnia bona
sua
constítuet eum.
-
M&