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El Anti-.Pápa Ursicino, aunque distante, no dexa-
Dia
XI.
ba en este tiempo de embrollar en Roma por medio
de sus Emisarios. Ganó
á
un Judío llamado Isaac;
quien tuvo el atrevimiento de calumniar al Santo Pa-
pa ante el
Emperado~r.
Pero habiendose descubierto
la calumnia, el Judio fue sevéramente castigado ,
y
desterrado
á
un parage de España. Queriendo
el
Em...
perador Teodosio que reynára en todo el Impedo
l a uniformidad de la
fe
de Nicéa en toda su pureza,
hizo publicar una ley, en que advertia que solameq-
te serian reputados por Católicos los que siguiesen la
fe
que enseñaba el Papa Dámaso; que to_dos los otros
serian tenidos por hereges,
y
castigados co,ffio ene-
migos de la Iglesia
y
del Estado. El Santo Pontífi-
ce cada dia mas solícito en quitar la mascarilla
á
los
hereges,
y
alexarlos del rebaño de Jesu-Christo, tu-
~
vo un Concilio en Aquileya el año 38 r, en que con-
denó
á
Paladio
y
á
Secundiano, Obispos del Ilírico.
Además del cuidado que tuvo el Santo Papa en
desterrar todas las heregias de todo el mundo Chris–
tiano, se aplicó con el mismo zelo
y
con el mismo
fruto
á
reforínar las costumbres, y á cortar lo abu–
sos que se habían introducido entre los Fieles. Ha–
biendo ido
á
Roma el Heresiarca Priscil iano con sus
principales discípulos, para justificarse delante de él,
lexos de oir sus disculpas , no quiso ni aún verlos.
Con el mismo vigor se opuso en el Senado al resta–
blecimiento del Altar de la ViB:oria, encargandose
él mismo de la representacion de los Senadores Chris..
tianos coritra la de los Senadores Paganos, la que en–
vi6
á
San Ambrosio,
y
tuvo todo el efeéto que se
babia
deseado.
Su