EXERCICIOS
Diciembre. Obispos,
para
ver como se
~abia
de socorrerá
los
que
habian caído
en
el Arrianísmo, tanto en Oriente co–
mo en Occidente. Ursacio de Singidon,
y
Valente de
Mursa, dos Obispos del Ilírico, hereges declarados,
fueron condenados en el Concilio. El Papa dió no–
ticia de esta determinacion
á
San
A
tanasio , que
era
el azote de los Arrianos ,
y
el blanco de su ódio
y
de.sus inquietudes. El Santo Patriarca juntó un Con–
cilio de noventa Obispos en Alexandría ,
y
en nom–
bre de todos dió gracias al Santo Papa por
su
zelo
y
solicitud pascorál; añadiendole , que esperaban
trataría
á
Auxencio, Obispo Arriano intruso en la
Silla de Milán, como habia tratado
á
Valente ,
y
á
Ursacio. No se enganó en su esperanza; porque ha–
biendo juntado San Dámaso en Roma un segundo
Concilio de noventa
y
tres Obispos de diferentes
países el año
373 ,
Auxencio
y
todos sus adheren–
tes fueron condenados
y
excomulgados; se confir–
mó en
él la fe de Nicéa ;
y
todo lo que se babia he- .
cho
en perjuicio de
ella
en
la
Asambléa de
Rímini,
se
declaró por nulo.
Habiendo muerto el gran San Atanasia el año
373,
Pedro su succesor, echado de su Silla por los Arria–
nos, vino
á
refugiarse
á
Roma,donde permaneció casi
cinco años cerca del Santo Papa. Habiendo muerto
en este tiempo el Emperador Valentiniano
1.
los del
partidó del Anti-Papa Ursic!no renovaron sus turba–
ciones en Roma. Los Luciferianos , otros Cismáticos
desterrados de Roma por un Rescripto del difunto
Emperador,
no
dexaban de inquietar
y
de exercitar
el
zelo de nuestro Santo. Los Donatista$. tenían su par–
tido en
Roma ; pero
San
Dámaso infatigable
en
sus
-
fun-